Valentina Cañeque, la sobrina de Gustavo Cerati escribió una larga carta en la que explica la postura que adopta ante la noticia de la aparición de una iniciativa surgida en la plataforma Change.org para rebautizar al actual Centro Cultural Kirchner como Centro Cultural Gustavo Adrián Cerati.
Como justificativo, los organizadores de la movida explicaron que el nombre del músico no despierta tanta polémica como el nombre del ex presidente que genera una división entre algunas facciones políticas. “Si bien la política es cultura, no es lo suficiente como para representar un centro cultural”, indica el texto subido al sitio.
“Ahora el señor Presidente (…) pretende, entre otras cosas, cambiar el nombre del Centro Cultural Kirchner por el de Gustavo Cerati. ¿Con qué derecho? ¿Con qué cara?rdquo;, se pregunta la joven en la carta.
“Si antes me preguntaba qué límites podía llegar a tener este gobierno, ahora sé que la respuesta es NINGUNO. Porque si creí en algún momento que algo (llamalo tacto, llamalo falsedad, llamalo sutilezas) podía resultar un desacelerador de los procesos tremendos que estamos atravesando, entiendo hoy que nada de eso existe”, continúa la joven en el escrito, y agrega: “me encantaría pensar que existe alguna intención genuina de que un lugar tan hermoso y culturalmente transcendental lleve el nombre de Gus, porque nadie puede poner en duda que merece cualquier tipo de distinción que homenajee su obra sagrada. Pero decime, ¿también lo vas a usar a él, descaradamente? ¿También lo vas a usar a él como arma de destrucción del orden simbólico y de nuestras banderas?rdquo;.
“No mezclemos la magia y el amor del inmenso arte de Gus con la suciedad de esta gente. Depende de cada uno de nosotros hasta dónde dejemos avanzar este aparato monstruoso”, arenga Cañeque sobre el final del escrito.