Nazareno Casero logró, con apenas 29 años, lo que a muchos otros hijos de famosos les lleva casi toda la vida e incluso llegan a irse de este mundo con esa cuenta pendiente. Hoy el público y el medio lo llaman por su nombre, Nazareno, ya no es más el hijo de Alfredo, del humorista de Cha Cha Chá, tampoco es el nene que jugaba con papá en la televisión.
Lejos quedaron aquellas apariciones como "el joven Capusotto" y hoy es un actor consolidado y con un crecimiento imposible de medir. Todos los miércoles lo demuestra en la pantalla de Telefé poniéndose en la piel de Daniel "Maguila" Puccio uno de los hijos de Arquímedes y partícipe de la familia más siniestra de la historia criminal argentina.
"Historia de un clan" es el unitario que produce Sebastián Ortega, que escribió Luis Ortega, y le permitió a Nazareno instalarse como una de las revelaciones de la tira. Le dio a un personaje siniestro toques de humor sarcástico que lo hicieron crecer en cada emisión y lo llevaron a ser uno de los más "queridos" por la gente. La miniserie entró en su etapa de definición, quedan cinco capítulos, y sin dudas es una bisagra en su carrera...
-No me imaginaba que iba a gustar tanto, pero la gente que laburaba conmigo me decía que lo veían bien. Es gratificante por el hecho de que iba funcionando el personaje antes de que se emitiera, la repercusión se daba antes de salir a la calle. Y después la respuesta del público fue buena. La gente se ríe mucho de las cosas que dice "Maguila". Algunas son de puño y letra del autor y otras le fui dando forma con ellos. Uno respeta siempre lo que dicen los autores pero es cierto que cuando se puede es lindo poder darle una impronta pero siempre respetando las formas en las que fue pensado. Descubrí un personaje que era permeable, que por algún lado pudo sacar toda la pus que tenía adentro. Después analizamos su fue culpa del padre, del entorno, pero era así...
-En la gente Maguila generó algo de simpatía. ¿No tenés miedo de "lavar" la imagen de alguien que estuvo acusado de secuestros seguidos de muerte?
-(Piensa) La verdad es que no tengo un parámetro real de cuán siniestro fue. La historia lo muestra como lo que fue, eso lo tengo claro. No creo que quede tan inmaculado. Esos momentos en los que se genera una complicidad con el televidente es justamente una manera más de mostrarlo. Después puede ser que en algunas cosas se lo deje bien parado, pero lo que se muestra es bastante siniestro. Si la gente lo toma como algo natural, allá ellos, la realidad es que hay que ver bien quién fue en todo su contexto.
-¿A vos que te devuelve el personaje? ¿Te gustaría encontrarte con él?-Encontrarme con él sería una situación intensa. Si bien es una persona que no cumplió su condena (NdeR: En 1987 fue condenado por secuestrar y matar, escapó y salió del país para evitar la cárcel. Después volvió a buscar su certificado de caducidad de la causa y nunca más se supo de él) es una persona que fue partícipe de quitarle la vida a un montón de gente, no solo a los secuestrados, sino también a sus familias. Porque lo que él hizo fue por partida doble ya que las familias de las personas que fueron secuestradas terminaron destruidas. Creo que los más malos son los que menos lo parecen. Tal vez esa sea la mejor definición de él.
-La historia pega porque a la gente le interesa meterse un poco en lo oscuro, en lo siniestro de esta historia. Ser testigo y verlo desde afuera, meterse un poco en lo que fueron esos momentos, esas charlas en la familia. Porque en definitiva todos somos un poco voyeristas. La verdad es que cuando me contaron cómo venía la historia, la manera en la que se iba a contar, me imaginaba que iba a gustar e iba a atraer.
-También tuvieron suerte en algún punto, porque este fue un año en el que las ficciones no tuvieron grandes rendimientos...-Está buenísimo el producto, están muy bien los actores, el reparto, la historia es increíble, la dirección es tremenda, los libros son excelentes, los lugares donde se desarrolló la historia. Todo, desde lo primero hasta la último. A mí me pone feliz estar en un producto tan bueno tan cuidado y pensado y que al público le llegue. Es cierto que a veces hay cosas muy buenas que no llegan y esto logró las dos. Es doble la satisfacción porque por más que vos sepas que hiciste un muy buen producto, lo que todos queremos es que nos vean y en este caso, te repito, logramos hacer las dos cosas.