Aunque duró poco, se alegra de la experiencia. "Fue un gustazo saber que podía compartir tablas con un groso como Santiago Bal. La verdad es que fueron dos meses de aprendizaje junto a él, increíbles. Cada día de ensayo me llevé algo positivo. Que es un gruñón, es un gruñón, no lo vamos a negar...".
-¡Tiene un carácter fuertísimo! El primer día tuvimos una charla, me preguntó cómo estaba, le dije que bárbaro. Me consultó si no le iba a traer ningún disgusto, y le dije que no. Rocío (Marengo) me ha mando mensajes desde Chile diciéndome que no podía creer que me sabía mi letra, la suya, la de todos.
l Hablaste de que hiciste un cambio interno, ¿qué incluye?-Hoy aprendí a disfrutar de otras cosas de la vida, de otra gente y hábitos... Estos desafíos que me estoy poniendo me gustan porque creo que se van acomodando las cosas no sólo acá, sino también allá arriba. Estoy estudiando la Torá, un poco de Kabala. No son salmos solamente, es la vida misma.
l Te vas a operar, a hacer la circuncisión...-Después de la operación voy a estar tres meses sin poder tener sexo. Va a ser algo pequeño por todo lo que voy a ganar allá arriba, muchas hectáreas en los campos celestiales. Pero me preocupa perder sensibilidad. Lo hablo con quien me lo va a hacer y me dice que no, pero... Antes de concretarlo, voy a hacer un viajecito con mi novia. La idea, tal vez, es irnos a Cataratas unos días. Y cuando vuelvo, ahí sí sacar todo lo que me queda. El compromiso ya lo tengo pero a partir de ahí, sería comprometerme de lleno. Incluso, el rabino me dijo que si quería me la hacía ahora porque tenía miedo de que me enfríe. Le dije que se quede tranquilo, que eso no iba a pasar.
l ¿Estás convencido de que no hay posibilidad de que te tires para atrás con la decisión?