Por qué no deberías perderte estas 7 películas sobre la Guerra de Vietnam

A pesar de todo el despliegue armamentístico y humano, los Estados Unidos sufrieron en carne propia una guerra de guerrillas que desde las mismísimas profundidades de ese pequeño país asiático fue carcomiendo su forma de librar una guerra y terminó por ocasionarles la derrota más dura de toda su historia.

Los norteamericanos, que habían sucedido a los franceses en la tarea de pacificar la zona, terminaron retirándose en 1975 con más de 58 mil bajas y 1700 desparecidos.

Como era de esperar, lo que los estadounidenses no pudieron ganar por las armas buscaron hacerlo a través de su otra gran maquinaria: el cine. Fue por eso que en las siguientes tres décadas, Hollywood se dedicó incesantemente a mostrar pequeñas “fotos” de ese capítulo vergonzoso de su historia, con películas en las que un solo hombre se enfrentaba con cientos de soldados del Viet Cong y los doblegaba a fuerza de un M-16 y granadas infinitas, como si se tratara de un videojuego.

Sin embargo, en tamaña producción hubo varios cineastas que se salieron del guión y buscaron indagar en las secuelas que dejó el conflicto entre los combatientes. Hubo incluso algunos que le encontraron el costado humorístico y lo explotaron y a ellos está dedicada esta selección de los mejores films sobre la Guerra de Vietnam.

Apocalipsis Now (Apocalypse Now, 1979)

Después de destruir convencionalismos con El Padrino, el siguiente paso de Francis Ford Coppola fue enfocarse retratar el conflicto de Vietnam, aunque para ello adaptó la novela de Joseph Conrad El Corazón de las Tinieblas (1899), que trascurría en el Congo Belga.

En la historia, al capitán Willard (Martin Sheen) le encargan encontrar y asesinar al Coronel Kurtz (Marlon Brando), un boina verde que se perdió en la selva y ha organizado su propio ejército al ser considerado por los nativos como una especie de dios. El viaje de Willard se convierte en una interminable pesadilla que sirve para reflejar los horrores de la guerra y la lucha del hombre con la naturaleza.

La película fue filmada en Filipinas, en medio de un desgastante trabajo que se extendió a lo largo de dos años debido a los problemas del director para definir a los actores (varios se negaron a participar por considerar que se trataba de una locura), luchar contra las calamidades de la naturaleza (un tifón destruyó el set de filmación), las adicciones del equipo de filmación que recurrían a marihuana y “speed” (cocaína y heroína) para afrontar las interminables jornadas de filmación (en su mayoría de noche) y hasta un infarto que sufrió el actor Martin Sheen, del que por suerte se recuperó, y que obligó a Coppola a contratar a su hermano para que lo suplante en algunas escenas.

Todo esto fue demasiado para un plan de rodaje de 16 semanas, pero Coppola no sólo lo hizo sino que incluso logró colgarse otro clásico al hombro y crear algunas de esas escenas que marcaron época en el cine, como el bombardeo con helicópteros que comanda el coronel Kilgore al ritmo de la “Cabalgata de las Valkirias” de Wagner.

En 2001, Coppola se animó a reeditar el material y presentó una versión extendida –Apocalypse Now Redux- de 3 horas y media de duración en el Festival de Cannes que no defraudó a los fanáticos. Más destacable fue el trabajo de Eleanor Coppola, la esposa del cineasta, que en 1991 estrenó “Heart of Darkness: a filmaker´s apocalypse”, un documental sobre la odisea que significó llevar esta película al cine.

Pelotón (Platoon, 1986)

Desde sus comienzos como realizador, Oliver Stone se metió de lleno a mostrar los problemas de la sociedad norteamericana, aunque las vicisitudes de su carrera lo llevaron a dedicarse al terror con La Mano (The Hand, 1981) y a la fantasía con el guión de Conan El Bárbaro (Conan The Barbarian, 1982).

Sin embargo, muy pronto demostró que el cine testimonial era lo suyo y tras escribir el guión de Caracortada (Scarface, 1983), se dedicó a filmar los pormenores de la intervención de los Estados Unidos en Centroamérica en Salvador (1986). El éxito de este film lo llevó a retomar su intención de narrar su experiencia como soldado en la Guerra de Vietnam y de eso salió Pelotón, un filme parido en medio de su época de esplendor.

La película narra las vicisitudes del soldado Chris Taylor (un todavía sobrio Charlie Sheen) tras su llegada al campo de batalla y las desavenencias entre los superiores, que se traducen en la muerte de varios de sus compañeros. La película se desvía de un film de Vietnam convencional y toma caminos “arriesgados” como mostrar oficiales poco honorables que ponderan el fracaso de sus compañeros para beneficio propio, dejándolos incluso librados a su suerte en medio del campo de batalla. El propio Taylor se encuentra en determinado momento apuntando con un arma a un teniente malherido, mientras se cuestiona dispararle o no a raíz de sus malas decisiones.

En Pelotón se puede ver a un Stone clásico, al que todavía le quedaban varias batallas por librar frente al establishment de Hollywood y que en este film sabe elevar a la categoría de astros no sólo a Sheen sino también a Tom Berenger y a Willem Dafoe.

El director volvería luego al tema en Nacido el 4 de julio (Born on a 4th of July), aunque con un enfoque totalmente diferente.

Pecados de Guerra (Casualties of War, 1989)

Lo más sorprendente de Pecados de Guerra es que, con una concepción similar a Pelotón, el director Brian De Palma logra un film con personalidad propia, que se aprovecha de la popularidad de sus protagonistas –Michael J. Fox y Sean Penn- para venderse.

El film está basado en un hecho real ocurrido en la guerra durante el año 1966 y que fue denominado Incidente en la colina 192 cuando el periodista Daniel Lang lo divulgó en The New Yorker.

La historia narra las vivencias del soldado Max Eriksson (Fox) que se enlista en el ejército convencido de estar haciendo algo bueno por los vietnamitas. Pero al llegar a ese país, Eriksson se encuentra con un panorama totalmente diferente y desolador, cuando su superior, el sargento Merserve (Penn) enloquece y decide atacar una aldea vietnamita, donde él y el resto del escuadrón cometen un sinfín de crímenes de guerra.

Desolado por la situación, el protagonista decide denunciar todos estos hechos a la superioridad.

Sin ser, por lejos, el mejor film de De Palma, Pecados… es un film muy recomendable para conocer las consecuencias ocasionadas por la presión y el estrés en los soldados, pero también para derribar el mito de que ellos eran “los buenos” instalado por la industria en decenas de películas.

Buenos días, Vietnam (Good Morning, Vietnam, 1987)

¿Una comedia situada en Vietnam? Seguramente más de un productor o director creyó que el guión de Mitch Markowitz pecaba de ingenuo, pero seguro que nadie de ellos pensó en Robin Williams al momento de leerlo o no había visto nunca la serie M.A.S.H.

Pero al director Barry Levinson se le ocurrió que la estrella de la serie de TV Mork & Mindy sí podía interpretar el papel del locutor Adrian Cronauer, un disc jockey de la Fuerza Aérea que llega a Saigón con el objeto de llevar ánimo a las tropas a través de su programa radial Buenos Días, Vietnam.

Sin embargo, tanto los comentarios e imitaciones políticamente incorrectos de Cronauer, como la relación que éste mantiene con una chica vietnamita, molestan a las autoridades militares que buscan removerlo a pesar de lo que eso podría significar.

El mayor acierto de la película, además de que el director lo dejó improvisar maravillosamente a Williams, es la banda sonora, que se convirtió en un éxito de ventas y constituyen un producto aparte del film. Parad darse una idea, hay temas como Baby, Please Don´t Go (Them), Don´t worry Baby y I Get Around (The Beach Boys), I Got You (James Brown) y la joya del disco What a Wonderful World de Louis Armstrong, que musicaliza una de las escenas más emotivas del film.

El Francotirador (The Deer Hunter, 1978)

Otro increíble drama de Michael Cimino que no sólo terminó de encumbrar a sus protagonistas, Robert De Niro, Chritopher Walken y John Savage sino que se llevó 5 premios Oscar de la Academia.

La historia se centra en tres amigos que trabajan en una empresa siderúrgica de Pensilvania y que reciben su llamado para alistarse en el ejército de los Estados Unidos para plegarse a las operaciones bélicas en Vieetnam.

Allí, los tres son capturados e internados en un campo de concentración donde el Viet Cong los maltrata continuamente, e incluso los obliga a jugar a la ruleta rusa para determinar quién sobrevivirá.

Los tres amigos logran escapar, pero en el camino sufren todo tipo de peripecias que los dejan heridos física y mentalmente, a tal punto que ninguno de ellos puede retomar su vida al regresar a los Estados Unidos.

El film, como se comentó, se llevó los premios Oscar a Mejor Película, Mejor Director, Mejor actor de Reparto (Walken), Mejor Montaje y Mejor Sonido; y se transformó en un clásico ineludible de este género.

Nacido para Matar (Full Metal Jacket, 1987)

No se puede hacer una selección de películas sobre la Guerra de Vietnam sin contabilizar a este clásico inolvidable de Stanley Kubrick. Nacido Para Matar, que cuenta con uno de los afiches más popularizados del mundo, se divide en dos partes claramente diferenciadas: el reclutamiento de los soldados y su ingreso en combate.

La gracia del film, basado en la novel The Short Timers de Gustav Hasford, es la analogía entre ambos tiempos y, sólo al final, el espectador decidirá si lo que ha ocurrido en el campo de entrenamiento es menos peor, o no, que lo que viven los soldados en Vietnam.

Además, la película lanzó a la fama a jóvenes actores como Matthew Modine, Adam Baldwin y Vincent D´Onofrio que interpretan a los jóvenes soldados y que colaboraron a que la crítica especializada considerara a Nacido para Matar como una de las películas mejor planificadas de Kubrick.

Desaparecido en Acción (Missing in Action, 1984)

Contra todo lo expuesto anteriormente, Desaparecido en Acción es uno de los filmes de la Guerra de Vietnam “de los clásicos”, esos de los que mencionábamos al comienzo, pero que detrás de sus balazos infinitos esconde también una denuncia: la de los campos de concentración vietnamitas.

Tanto éxito tuvo esta película, que llegó a engendrar dos secuelas, que oscilan entre el pasado y el futuro del coronel James Braddock, interpretado por el inoxidable Chuck Norris.

¿Por qué estas películas son clásicos si son filmes clase B? Las Desaparecido en Acción lograron competir de igual a igual con las Rambo de Stallone durante la década de 1980 y ubicaron a Norris como uno de los íconos de la acción de esos tiempos.

Si no te gusta ninguna de las películas de este ranking, Desaparecido en Acción (y sus secuelas) son lo tuyo.