Espectáculos
Triste noticia fue la que recibió nuestra redacción ayer, con la muerte de quien fuera uno de los primeros caricaturistas de Diario Popular.
Triste noticia fue la que recibió nuestra redacción en el día de ayer, con la muerte de Cilencio, quien fuera uno de los primeros caricaturistas de Diario Popular.
Su calidez y su sentido del humor lo hicieron un personaje inolvidable para todos quienes fuimos sus compañeros. Luego de su paso por nuestro medio, Cilencio se convirtió en uno de los humoristas gráficos emblema de la revista Humor, en épocas de la dictadura militar.
Nacido en 1938, Eugenio Cilento -tal su verdadero nombre- trabajó también en Gente, Rico Tipo, Avivato, Satiricón y Billiken, entre otros medios.
En 1966 ganó la medalla de oro en el Salón de los Dibujantes de la Argentina y en 1990 el primer premio en Trento.
Creador incansable, realizó innumerables muestras de sus dibujos a lo largo y a lo ancho del planeta. “Soy antes que nada humorista, por vocación filosófica y porque no sé hacer otra maldita cosa que dibujar y escribir, sobre todo humor”, comentó hace un tiempo en su blog personal, Cilencio no se Calla.
Pocas horas después del fallecimiento del destacado humorista, su hijo, Alejandro, escribió en Facebook: “Muchos disfrutaron de su inteligencia y muchos otros de su afecto, pero quedará en el recuerdo de todos por su obra”.
“En el momento más agobiante de la dictadura sus chistes en Humor fueron una bocanada de libertad que le sirvió a muchos para seguir creyendo en que algún día se acabaría. Y llegó al día que se acabó”, aseguró.
En la redacción lo recordamos con el cariño de siempre. Nuestras condolencias a sus familiares y amigos.
Nacido en 1938, Eugenio Cilento -tal su verdadero nombre- trabajó también en Gente, Rico Tipo, Avivato, Satiricón y Billiken, entre otros medios.
En 1966 ganó la medalla de oro en el Salón de los Dibujantes de la Argentina y en 1990 el primer premio en Trento.
Creador incansable, realizó innumerables muestras de sus dibujos a lo largo y a lo ancho del planeta. “Soy antes que nada humorista, por vocación filosófica y porque no sé hacer otra maldita cosa que dibujar y escribir, sobre todo humor”, comentó hace un tiempo en su blog personal, Cilencio no se Calla.
Pocas horas después del fallecimiento del destacado humorista, su hijo, Alejandro, escribió en Facebook: “Muchos disfrutaron de su inteligencia y muchos otros de su afecto, pero quedará en el recuerdo de todos por su obra”.
“En el momento más agobiante de la dictadura sus chistes en Humor fueron una bocanada de libertad que le sirvió a muchos para seguir creyendo en que algún día se acabaría. Y llegó al día que se acabó”, aseguró.
En la redacción lo recordamos con el cariño de siempre. Nuestras condolencias a sus familiares y amigos.
comentar