N IZHNY NOVGOROD, Rusia.- En las lágrimas de Josema Giménez, cuando aún faltaban varios minutos para finalizar el partido, quedó condensado el sentimiento de Uruguay. La Celeste sufrió la superioridad de Francia como hace una semana le pasó a la selección argentina y vio el punto final a un hermoso sueño que acunaba en este Mundial. Pero igual el conjunto del maestro Tabárez se fue con todos los honores. Una generación en la cual, seguramente, muchos de ellos no llegarán a tener revancha en Qatar. Ahora los franceses se verán las caras el martes ante Bélgica, en lo que amaga con ser una tremenda semifinal.
Francia siempre dio la impresión de tener el control del partido. Uruguay tomó nota de lo que había sucedido en el partido ante Argentina y armó dos férreas líneas de cuatro para intentar incomodar a los galos y hasta estuvo cerca de la apertura del marcador, cuando un centro de Stuani, al que le tocó la difícil misión de reemplazar a Cavani, no fue aprovechado por nadie.
Pero quedó relegado a un rol absolutamente secundario. Cuando encontraron los espacios, los franceses siempre demostraron que podían lastimar. En lo poco que hizo en el partido, Mbappé cabeceó alto. Pero lo llamativo fue la libertado que tuvo el jugador de Francia para impactar el balón.
Hasta que, sobre los 40, Uruguay bebió de su propia medicina: Griezmann ejecutó de manera absolutamente precisa un centro que fue impactado de cabeza por Varane, entre Stuani y Giménez, para ponerla contra el poste derecho.
De todos modos, en el escaso tiempo que quedaba para el final de la etapa, Uruguay tuvo una situación clara para empatar: pero Lloris respondió de manera brillante ante un cabezazo de Giménez y en el rebote, Godín no le dio precisión.
El segundo tiempo fue otra cosa. Francia no solamente contó con la tenencia del balón, sino que lo hizo circular de manera inteligente. Y además, pasando el cuarto de hora contó con un “regalito”. Griezmann sacó un remate sin mejores pretensiones, que encontró una endeble respuesta de parte de Muslera.
A pesar de la vergüenza. Uruguay tuvo en claro que su suerte estaba sellada. De todos modos, hizo un buen Mundial. Francia quiere seguir haciendo historia.