Las dos muertes registradas tras el enfrentamiento entre barrabravas de San Telmo y Dock Sud se suman a una larga lista de fallecidos por la violencia en los estadios. Con el fallecimiento de Daniel Sánchez y Javier Araujo, el número de muertos en el fútbol asciende a 293 desde 1922.
El hecho ocurrió tras una emboscada de los barras de San Telmo a la parcialidad de Dock Sud luego del encuentro que el "doque" disputó con Talleres de Remedios de Escalada. No obstante, en los últimos años este fenómeno varió, ya que en la mitad de los asesinatos no hay cruce entre barra-bravas.
Incluso, en seis de los casos ocurridos desde el 2012, ni siquiera hubo partidos a disputarse. Uno de los hechos más emblemáticos es el de Nicolás Pacheco, de 32 años, que fue asesinado en la sede que Racing posee en Villa del Parque y que todavía no encontró resolución. Otro caso similar es el del hincha de Vélez, Diego Bogado, que fue encontrado muerto en las instalaciones del club a comienzos de abril del año pasado.
Si bien el pensamiento colectivo puede denostar que el fútbol de ascenso es más peligroso, 22 de los 38 fallecidos en los últimos tres años corresponden a hechos relacionados con equipos de Primera División. Este número hace pensar que es el período más sangriento del fútbol argentino. Si bien durante la década del 60 ocurrió el trágico hecho de puerta 12, el mismo no fue un ataque directo de barras.
En la actualidad, Lanús, River, San Lorenzo, Vélez y los dos equipos rosarinos son los clubes que aparecen recurrentemente manchados en las páginas policiales.
Asimismo la rivalidad entre Rosario Central y Newell's se lleva la peor parte en los últimos tres años, ya que más de 6 personas perdieron la vida en hechos relacionados a enfrentamientos relacionados al color de su camiseta. Incluso, el último partido jugado tuvo dos muertos tras disputarse.