Hay varios nexos entre Edwin Cardona y Argentina. El primero es Juan Román Riquelme. Al colombiano que mañana arribará a Buenos Aires para ponerse la camiseta de Boca siempre le gustó el juego del máximo ídolo xeneize. Cardona lo imita hasta en su manera de poner el cuerpo, de aguantar la marca para soltar el pase exacto. Es un enganche de los que escasean.
El otro es José Pekerman. Maestro de Román, Pekerman confía en Cardona como lo hace en pocos futbolistas. El enganche antioqueño jugó 27 partidos en la Selección Colombia desde 2015, ya con el argentino como entrenador. En total convirtió cinco goles. Si todo marcha bien, será una pieza clave para el combinado cafetero en Rusia 2018.
Cardona disputó su primera final internacional en Argentina. Fue en 2014, cuando Atlético Nacional, el equipo donde se formó como jugador y explotó como crack, llegó al encuentro decisivo de la Copa Sudamericana contra River. El Gran Mago —como lo apodan en Colombia— dominaba la pelota como un amansador de fieras, con una categoría sobrenatural. Elegante, panzón, Cardona complicó el éxito de River.
"Cada vez que toca la pelota pasa algo", lo describió Antonio Mohamed, el entrenador de Monterrey que lo dirigió en este último tiempo. El Turco disfrutó al Gordo. Lo compró en 2015, cuando Cardona ya era, por lejos, el mejor jugador colombiano, cuando ya había ganado tres títulos en el torneo local. En México disputó 80 partidos y convirtió 31 goles, una cifra nada despreciable para un enganche.
Arribará a Argentina mañana. Él fue quien presionó para llegar: peleado con Mohamed, quería irse y tener continuidad en el año previo al Mundial. Boca consiguió un préstamo por un año con posibilidad a extenderse por seis meses más en caso de que clasifiquen a la segunda ronda de la Copa Libertadores 2018.
Talentoso, fanfarrón, goleador: tiene todo para transformarse en ídolo de Boca. Para llenar el vacío que dejó la salida de Carlos Tevez y vestir con altura la "10" que quedó vacante a partir de la salida de Ricardo Centurión.
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