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El Millo marcó la diferencia en cuarta con un gol del brasileño Cleiton de Arquino Grefe. En séptima hubo un impresionante gol de rabona de Cristian Medina, el “10” xeneize. Polémico final, con corridas y piñas, en quinta.
El cruce más esperado del calendario del Fútbol Amateur y Formativo de AFA, los Superclásicos entre Boca y River, contó con todos los condimentos. Hubo camaradería, con dos planteles que posaron juntos antes de un partido, presencias estelares como la de Marcelo Gallardo y Rodolfo D’Onofrio en Núñez, festejos con sello extranjeros, un impactante gol de rabona, un juego que quedó inconcluso por las condiciones climáticas y un bochornoso final, en quinta, cargado de violencia y actitudes muy reprochables. Dentro de este contexto, el Millonario sacó una leve ventaja ya que sumó un triunfo y dos empates. La grilla se completará recién el miércoles 30 de mayo cuando jueguen los partidos de sexta y novena (postergados porque Boca tiene sus planteles en el exterior) y se complete el encuentro de octava.
La cita de las categorías mayores se puso en marcha, con media hora de atraso, en el flamante predio que Boca posee en Ezeiza. Y fue el choque de cuarta el que abrió el fuego. Con el trámite parejo, Boca quedó con diez en el primer tiempo por la expulsión del camerunés Christian Mayo. Y lo ganó River por un gol del brasileño Cleiton de Arquino Grefe. Oriundo de Ponta Porá, de Mato Grosso do Sul, Grefe llegó a principio del año pasado a River tras jugar en un club paraguayo. Juega de enganche y es un futbolista para seguir con atención.
A segunda hora llegó el duelo de quinta. Boca se puso dos goles arriba, obra del salteño Luciano Giménez Alanda, formado en Central Norte, y el talentoso santafecino del barrio San José, Facundo Fernández, y parecía que lo tenía controlado. Pero en el tramo final llegó el descuento del cordobés Lucas Beltrán, las expulsiones del zaguero Sequeira y el arquero de Teodolina, Manuel Roffo, y con ello el empate de penal vía el salvadoreño Andrés Hernández Valle, que llegó este año tras jugar en las inferiores de Santa Tecla de su país y de Dallas de la MLS.
En la auxiliar sintética del Monumental, con Marcelo Gallardo en la tribuna, los equipos de la categoría 2002 armaron un partidazo. Arrancó ganando el local a partir de un tiro libre de Mauricio Camargo. Boca lo empardó porque su “10”, Cristian Medina, hizo un gol increíble de rabona, de primera y con su pie derecho, y lo dio vuelta con un cabezazo de Maximiliano Rolón. El local lo empató también, como en quinta, de penal por intermedio de Iván Peralta. El juego de octava ofreció poco en la media hora que se pudo jugar.
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