El entrenador de Independiente moldea a su equipo con la urgencia de retomar un camino del que alguna vez derrapó con su historia gloriosa a cuestas y surcó sobre los nuevos pasos un presente mediocre. Busca la huella perdida con cierta urgencia, porque el promedio con que lo recibe el Torneo Inicial es muy bajo y el Rojo tiene un año para evitar el descenso.
La realidad es ésa, sin eufemismos ni ensañamiento periodístico. Díaz lo sabe, pero le apunta a la estirpe Roja, a recobrar la excelencia para de ese modo lograr la permanencia, con categoría.
-¿Como funciona el tema del promedio del descenso en el grupo?
-Existe, el objetivo es andar bien, cambiar la mentalidad porque todas las preguntas de ustedes siempre rondan el mismo. Ustedes dicen que los futbolistas siembre tienen puesto el cassette: los periodistas también, porque las preguntas son exactamente las mismas de manera reiterada y ésta es una pregunta que va a estar todo el año a menos que Independiente, de 12 puntos, saque 15... Pero eso no va a pasar, así que lo van a seguir preguntando. Entonces la idea nuestra es pensar en pelear lo más arriba posible. Esa es la excelencia. Si lo logramos, vamos a dejar de pelear abajo.
-¿Y eso te atormenta o no te importa...?
-Tengo que se ser cuidadoso con las palabras, porque si te digo “no me importa” puede ser un título que no expresa lo que pienso, sino que responde estrictamente esa pregunta. La realidad de Independiente es la que hay. Tengo el deseo, como los jugadores, de pelear arriba. De los últimos 25 torneos, Independiente solo en cinco superó los 30 puntos. Estaría bueno que la gente revise lo que pasó en estos últimos años. Nosotros estamos tratando de construir otra cosa. Es difícil, pero nadie te dice que no podemos pelear arriba. En eso nos enfocamos y trabajo para lograr una dinámica ganadora. No sé cual va a ser el final de la película. Deseo que sea bueno, pero como digo siempre quiero quedarme toda la vida en Independiente, pero si en algún momento me doy cuenta que soy un inconveniente para Independiente, no voy a serlo más.
-¿Te metés en las negociaciones para conseguir los refuerzos?
-Si, mandó mensajes. Obviamente. Mando mensajes y me parece que es necesario. Lo hicieron conmigo cuando era jugador y está bueno. A los dirigentes les pido que cuando crean necesario que llame yo me lo pidan y por mi cuenta también lo hago porque eso ayuda.
-¿Cómo te caen las críticas?-Depende. La crítica futbolística y normal, nada. Lo escucho, charlo. Pero el fútbol tiene cosas arteras, irónicas, gente que pega por pegar innecesariamente y generan tendencia. No puedo hacer nada, convivo con mi familia, con mis jugadores, y trato de que las cosas salgan bien.
-Es que a veces estás como a la defensiva...-A veces lo estoy, sí. Vos sabés muy bien que hay preguntas que tienen cosas detrás. Tengo 15 años de futbolista y corta carrera como entrenador, pero sé de estas cosas. Me han pegado palos por no poner en la reserva a tal jugador y porque algún periodistas era “amigo” del representante de ese jugador salió a matarme. Yo defiendo mi trabajo.
El fixture del torneo Inicial no le hizo ningún guiño a Independiente: comienza como visitante de Newell’s, recibe al siempre difícil Vélez y luego el clásico de Avellaneda, con la copa Sudamericana en el medio.
-Ya no es novedad ¿Cómo maduraste el comienzo?-El equipo se está preparando para jugar todos los fines de semana una final. Este va a ser un torneo duro, está claro, tenemos la Copa (Sudamericana) entremedio y ya dijimos que no iba a ser la prioridad. Tenemos que tener en cuenta todo, sin dejar nada al azar.
-¿Te enojó que el comienzo el campeonato sea tan “intenso”?-La verdad es que estuve y estoy abocado al armado del equipo. El fixture está al margen. Me puede gustar más o menos y no me modifica nada. Con el aporte de los muchachos que llegan, más los que están, vamos a pelear. El campeonato es largo, nos tocó de ese modo, uno puede pensar mil cosas, pero es lo que nos tocó. Detenerme a gastar energías en eso, es inútil. Si queremos pelar arriba, tenemos que arrancar de entrada bien.
-¿No pensás que de este modo tenés que redoblar la exigencia?-Depende. Tu insistencia con los rivales que nos tocan, denota que en tu cabeza ronda que si nos tocasen otros los partidos serían más accesibles.
-No. Es que, a priori, son tres pruebas difíciles seguidas y una es el clásico...-Independiente el torneo pasado, le ganó a Boca, le ganó a Racing, le ganó a Vélez, se hizo un buen partido con Tigre, en contrapartida perdimos con Olimpo que estaba casi descendido... entonces nada te garantiza nada. Esos tres partidos, ganados, te pueden catapultar a pelear automáticamente cosas importantes. Trato de mirar el vaso lleno
Cristian Díaz tiene dos etapas al frente del Rojo. La primera, como reemplazo eventual de Ramón Díaz con un partido épico ante Boca que lo catapultó a ser confirmado en el puesto. La segunda, una recaída del equipo, que le quitó en cierto porcentaje la confianza ciega que el hincha tenía depositada en él. El entrenador tiene claro los dos momentos, le sobran fe y ganas, pero aunque advierte aciertos y falencias, señala otros aspectos para explicar porqué no logró conseguir el objetivo propuesto.
-¿Hiciste un análisis de aciertos y errores del torneo pasado?-Sí, contar en el equipo profesional con juveniles como como (Patricio) Vidal, (Fabián) Monserrat, (Francisco) Pizzini; que de una vez se pudiera vender a Patito Rodríguez, después de cuatro goles conmigo como entrenador. Fuimos a la Bombonera y ganamos un partido que va a quedar en la historia del fútbol, ganamos con autoridad un clásico. No se perdió un partido con San Lorenzo, que estaba todo dado para perder, al igual que otros partidos importantes que no se pudieron ganar. Nos superó ampliamente Arsenal, que también nos ganó, y después tuvimos partidos malos.
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¿Nada más?-Hay un análisis detallado, acerté y me equivoqué y seguiré acertando y equivocándome, seguramente. Pero no hay que obviar las cosas que complicaron que no pudiéramos alcanzar tres, cuatro, cinco puntos más. A la dirigencia le dije que la meta a alcanzar era de 45 puntos. No era una empresa fácil, Independiente tenía 12 puntos y no venía de campañas como la que proponía por objetivo. Empezamos muy fuertes y caímos en un bache, que complicó el final.
-¿Qué cosas complicaron?-Lesiones. Milito se nos retira antes de que termine el torneo y eso cae como un mazazo para sus compañeros. Contra Vélez no contamos con Milito, ni con Battión, ni Farías y el Pato (Rodríguez) en el banco porque había tenido fiebre en la semana y a los cinco minutos del segundo tiempo se nos desgarró Fredes. La última fecha con Tigre y se nos lastima (Julián) Velázquez. Se retira Milito definitivamente, Parra queda afuera de la convocatoria por problemas personales y se lesiona Argachá que iba a ser titular. Hicimos el equipo a la mañana. Son todas cosas que pasaron y que no conté porque enseguida dicen que pongo excusas. ¿Me equivoqué en algo? Seguro, pero hay cosas que a veces no te ayudan a acertar y son situaciones que pasaron.
-¿La reacción de la barra brava en su confrontación con el presidente completó el cuadro de complicaciones?-A lo largo de la temporada, hubo situaciones extrafutbolísticas de las que fue protagonista el club y que afectó en mayor o menor medida al grupo. Nosotros empezamos nuestro mal momento contra Arsenal, donde pasaron los hechos que ya son por demás sabidos (N de la R: los barras con derecho de admisión tiraron piedras desde afuera contra hinchas locales y propios). Nada son excusas, la única verdad es la realidad. Si le hubiésemos ganado a Tigre, llegamos 22 puntos y quedábamos a tres de los 25 y sacábamos el 50 por ciento de los puntos, una cifra nada despreciable. Perocomo arrancamos tan fuerte y terminamos tan flojo, parece que está todo mal. Pero con la estadística de Independiente en los últimas tres temporadas no está tan mal. Pero esas cosas alguien las tiene que ver. Sin tantos contratiempos, hubiésemos estado por arriba del 50 por ciento, pero no pudo ser.