El delantero de Atlético Mineiro, vital en la victoria ante River en las semifinales, confesó su amor por el Xeneize. Además se peleó con un compañero en la última práctica antes de la final de la Copa Libertadores.
En vísperas de la final de la Copa Libertadores, entre Atlético Mineiro y Botafogo, que jugarán este sábado en el estadio de River Plate desde las 17, el delantero del equipo que orienta Gabriel Milito, Deyverson, confesó su amor por Boca Juniors y destacó cuáles fueron los motivos que lo llevaron a querer al equipo de la divisa azul y oro.
“Me gusta mucho por Diego Maradona. También por Edinson Cavani y por Juan Román Riquelme. Yo miraba a Boca jugar, jugué contra Boca también y su cancha, su afición, su estadio también histórico. Esas cosas hicieron que me enamorara del club", exclamó en primera instancia.
Luego continuó: "Por la historia, por lo que Boca hizo en el mundo del fútbol y los ídolos que tiene. A nosotros los brasileños nos enamora la forma en que los hinchas cantan. No paran. No importa si están bien o mal cantan. Ganen o pierdan, cantan”.
Por último, pese a los rumores que circularon sobre una posible llegada del futbolista de 33 años al elenco azul y oro, Deyverson reconoció que no hubo ningún contacto con el “Xeneize” y que se encuentra muy feliz con su actual club.
"No me llamaron, pero los hinchas me enviaron muchos mensajes. Milito me llamó primero y me encanta la forma que habló conmigo, la forma que me trató el club a mí y a mi familia, entonces también yo me enamoré de Atlético", concluyó.
El picante delantero brasileño y el chileno Eduardo Vargas, tuvieron un tenso cruce en el inicio de la práctica previa a la final que, gracias a la intervención de sus compañeros, no pasó a mayores, a pocas horas de la final de la Copa Libertadores ante Botafogo en El Monumental.
Cuando los jugadores del equipo brasileño estaban preparándose para la práctica en el predio de Boca, el chileno le dio una patada a modo de juego en la parte baja de la espalda a su compañero, algo que pasó desapercibido por todos los presentes.
No obstante, el goleador no estuvo contento con la acción del chileno y lo fue a buscar a un sector de conos en el césped, y tras forcejear para sacarle la pelota, tuvieron un leve intercambio de manos hasta que fueron separados por sus compañeros.
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