El arranque de Boca-River estaba previsto para las 21.30, pero pasaron cosas: la colorida bienvenida de los hinchas a los jugadores xeneizes incluyó una enorme cantidad de papelitos, y hubo que esperar a que los retiraran porque su permanencia en el césped molestaba a los protagonistas y dificultaba la visual del cuerpo arbitral.
Fue así que el árbitro brasileño Wilton Sampaio ordenó una limpieza rápida y entraron varios empleados con máquinas. El inconveniente provocó una demora de 15 minutos y el pitazo inicial finalmente fue a las 21.45.
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