Con el segundo regreso de “Ricky” Centurión, ya se podría armar todo un equipo con los jugadores surgidos de las inferiores de Racing que retornaron al club que los vio nacer en busca de la gloria.
Quizás el nombre más rutilante es el de Diego Milito, quien debutó en la primera de Racing en diciembre de 1999. Tras alternar buenas y malas, el delantero se consolidó y formó parte del plantel que obtuvo el título de 2001. Emigró en 2003 y luego de varios años, y varios títulos, en Europa regresó a Avellaneda para comandar a la Academia a su segundo título local en 50 años, consagrarse como el ídolo moderno del club y hacerse con una calle en su honor.
Otro de los campeones de 2001 fue el “Chanchi” Estévez, quien en ese momento, aunque pocos lo recuerden, se encontraba cumpliendo su regreso a la Academia. Debutó en 1998 de la mano de Ángel Cappa, y pese a haber hecho buenos partidos las necesidades económicas del club hicieron que debieran venderlo pronto. El Racing de Santander fue el destino del picante petiso. Seis meses más tarde pegaba la vuelta tras el llamado de Reinaldo Merlo y conformaría la delantera titular del equipo que se salvó de la promoción en el primer semestre y del histórico plantel que devolvería la felicidad al pueblo académico.
Estévez tuvo una segunda vuelta al club en la temporada 2007/2008, donde se reencontró con otro héroe de 2001 que también regresaba: el “Polaco” Adrián Bastía. A los dos campeones surgidos de las inferiores se les sumó el “Piojo” López quien volvía a vestir la camiseta de Racing tras un exitoso paso por el viejo continente. El trío debió abandonar el club al año siguiente tras haber entrado en conflictos con la empresa que gerenciaba la vida de la institución.
El fenómeno de los jugadores que regresan al club donde debutaron no es algo nuevo. El “Bocha” Maschio y Agustín Cejas también tuvieron sus regresos. El arquero debutó en 1962, jugó hasta 1970 y regresó en 1977; en cambio, el enganche comenzó su carrera en 1954 y volvió en 1966. Ambos formaron parte del múltiple equipo campeón de Juan José Pizzuti.
Otro de los emblemas del Primer Campeón Mundial surgido del semillero fue el "Panadero" Díaz. El lateral izquierdo debutó en 1965 y retornó en 1978 para retirarse en el club de sus amores.
Con sólo 17 años, y el ímpetu de trabar hasta con la cabeza, Franco Zuculini debutó en una Academia que se jugaba su destino en Primera División. El equipo dirigido por el “Chocho” Llop derrotó a Belgrano en la Promoción 2009, y “Zucu” se convirtió en un emblema de los hinchas aunque nuevamente los problemas económicos hicieron que la institución debiera desprenderse de los pibes. El mediocampista recaló en el Hoffenheim alemán donde sólo jugó siete partidos en un año, luego de un breve paso por el Genoa italiano regresó a la Academia a préstamo por seis meses. Ese semestre en Avellaneda su juego no logró ser el de antaño y alternó entre los once y el banco de suplentes.
El “Licha”, capitán de este Racing modelo 2018, debutó en 2003 y enseguida enloqueció a los hinchas con su potencia, su habilidad y principalmente con sus goles. En 2005 emigró al fútbol portugués y comenzó una carrera exitosísima que lo llevó a obtener diez títulos en cuatro ligas diferentes. En 2015 volvió a la Academia para cumplir con la obsesión que aún no lo deja dormir: la vuelta en Avellaneda.
Valentín Viola es otro de los créditos del semillero con alma racinguista que pegó la vuelta antes de tiempo. El delantero, propiedad del Sporting de Lisboa, regresó a mediados de 2013 con el objetivo de obtener un título. La suerte volvió a ser esquiva para la Academia y regresó a Portugal sin gloria y con algunas penas.
A comienzos de 2016, Rodrigo de Paul decidió cambiar la comodidad del Valencia español para cumplir el sueño de jugar en el club del que es hincha con dos de sus ídolos: Diego Milito y Lisandro López. El periplo duró sólo seis meses y debió emigrar a Europa bajo la promesa de volver en un futuro.
También existieron casos como los de Gonzalo García, Brian Mansilla, Roger Matinez o Nicolás Oroz quienes jugaron algunos pocos minutos antes de emigrar a préstamo y regresar tras haberse fogueado en otros clubes.
En su retorno Centurión eligió la camiseta número 22, el último jugador de la cantera que la usó en su regreso terminó con un título: ¿Se repetirá la historia?