A seis meses de colgar los guantes, Guillermo Sara recordó su etapa en Boca, opinó del Dibu Martínez y Rossi y lanzó varias revelaciones como su fanatismo por la Juve.

Ídolo de Atlético Rafaela, club en el que se formó y fue figura del equipo que en 2011 logró llevarlo a Primera División. Arquero titular del Real Betis, un histórico del fútbol español, cuando la Liga de España era la mejor del mundo. Multicampeón con Boca, donde levantó cuatro títulos nacionales.

Después, jugó en Lanús y volvió a "La Crema" para retirarse. A seis meses de colgar los guantes, Guillermo Sara volvió a hablar públicamente en una extensa charla con POPULAR. El 1 recordó momentos importantes de su carrera y lanzó varias revelaciones: su nueva vida como intermediario de jugadores, cuando comió pizza y tomó cerveza con Xavi y su fanatismo por la Juventus.

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-¿Cómo es tu vida ahora, Guillermo?

-Mucho más tranquila, con cosas que antes no podía hacer durante mi carrera. Me levanto seis y media de la mañana para levantar a mi hijo y prepararlo para ir a la escuela. Desayuna, lo llevo y cuando vuelvo generalmente se despierta la beba, así que desayunamos junto a mi mujer y ella.

La mayoría de los días tipo nueve me voy al gimnasio y cuando regreso aprovecho a hacer algunos llamados y tener algunas reuniones, ya que empecé a trabajar en la intermediación de jugadores.

Hasta el mediodía cuando mi chico vuelve del colegio, que almorzamos y enseguida lo tengo que llevar de nuevo. A la tarde, me puedo llegar a ocupar de algún trabajo pendiente y de alguna actividad deportiva: fútbol, pádel, tenis o golf. También estoy aprovechando a estudiar Inglés dos veces por semana a la mañana. Me mantengo bastante entretenido.

-Es otra vida, totalmente diferente…

-Sí y me tiene muy bien. Estoy contento con la decisión que tomé hace ya seis meses. Cada día que pasa me siento más en casa, haciendo muchas otras actividades que antes no podía, me pone feliz. También puedo viajar con mi familia y no estoy dependiendo de los tiempos del fútbol. Estoy muy bien…

-Es interesante que un tipo como vos, que atajó en Boca y en Europa, disfruta de la vida hogareña, cuando hay gente que no valora esos momentos…

-Yo creo que eso va con uno. Yo siempre fui muy familiero, muy amiguero y muy de mi ciudad. Yo estuve como 10 años afuera de Rafaela, lejos de mis afectos y en todo momento extrañé y siempre tuve en la cabeza en volver y establecerme acá.

Hay muchos chicos que fueron jugadores que por ahí el retiro les cuesta mucho. Se debe a que el jugador está siempre pensando en el fútbol y no está preparado para el retiro. Y no dejamos de ser personas jóvenes, que tenemos toda la vida por delante. Va en la preparación y en la cabeza de cada uno cómo tomarse el retiro.

-¿Entonces no extrañás nada de la vida de jugador profesional? ¿O hay algo?

-La verdad que no (risas). Lo que más me quedó de esa vida es el entrenar, no puedo dejar de entrenar, aunque obviamente no a esa intensidad, pero mi cuerpo lo necesita. Después, el respetar horarios, que me lo enseñó el fútbol y para mí es fundamental. Y otras cuestiones como el respeto, en este caso, a los profes.

Todo esto fueron marcas que me fueron dejando el fútbol. Después, de la vida diaria se puede llegar a extrañar el vestuario, los mates con los utileros, pero yo tengo la suerte de estar a 10 minutos de Atlético (Rafaela) y puedo pasar a saludar a mis excompañeros al entrenamiento. Así que extraño poco y nada. Lo que son viajes y concentraciones, me costó mucho, las sentía pesadas.

-¿Cómo surgió ser representante?

-Mirá, yo estoy trabajando con el representante de toda mi vida, con el que tengo una relación más de amistad que de trabajo. Enseguida que tomé la decisión de retirarme, me ofreció ponerme a trabajar con él. Le dije que no, que quería un tiempo para estar tranquilo, ver otras posibilidades y organizar mi vida.

Después de seis meses, hace un mes y medio que tomé la decisión, me puse a trabajar con él. Está muy bueno porque conozco mucha gente en el ambiente y se trata mucho de hablar con jugadores, entrenadores, directores deportivos. Así que me gusta, me interesa y estoy empezando a aprender, que obviamente es algo que uno lo ve y trabajar con intermediarios, pero no sabe bien que hay detrás del trabajo. Estoy trabajando y espero hacer algo interesante de acá a un futuro.

-Tenés 34 años, hay arqueros de fútbol profesional con tu edad y no tenías ninguna lesión. ¿Por qué te retiraste?

-Sinceramente ya estaba muy cansado de los entrenamientos, de las exigencias, de los viajes, de estar lejos de mi familia. Creo que un momento clave fue la pandemia, cuando jugaba en Lanús y me tuve que venir a Rafaela. Ahí me volví a encontrar con mis afectos.

Me sentí muy bien, cosas que hace tiempo no sentía. Y en el momento que tuve que regresar a Lanús, me tuve que volver alejar y me di cuenta que no era lo que yo quería. Estaba sufriendo mucho esa situación, de estar lejos, así que decidí rescindir con Lanús y hablé con la dirigencia de Rafaela para volver al club.

Allí estuve los últimos ocho o nueve meses que tuve competencia, después por cuestiones del club me tocó no seguir jugando y me dije: “Esto ya no es para mí”. Al mismo tiempo jugando para Rafaela me llama Belgrano y un montón de otros equipos importantes, pero sentía que mi lugar era acá, con mi familia. No quería volver a tener que encontrar casa, mover a mi familia. Tomé la decisión y estoy muy contento con ella.

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Sara se refirió a la bandera que le colgaron en su último paso por Atlético Rafaela.

Sara se refirió a la bandera que le colgaron en su último paso por Atlético Rafaela.

-En esta última etapa en Atlético Rafaela te colgaron una bandera. Vos dijiste que eso pasa cuando no le das plata la barra. ¿Cómo fue esa situación?

-Fue una situación que ya pasó y prefiero dejarla atrás. A mí me inculcaron unos valores que por ahí otra gente o en algunos lugares no los entiende, no los comparte. Yo prefiero seguir con mi idea de cómo llevar mi vida adelante. Esa gente está muy alejada de lo que son mis ideales y apenas llegué al club di a conocer mi postura y algunos no lo terminan de aceptar.

-¿Cómo fue saltar de "La Crema" al Real Betis y la Liga española?

-Fue un shock. Pasé de jugar con 10 ó 15 mil personas en Rafaela, a mínimo 40 mil en un gran estadio, para 60 mil. Yo sin saberlo llegué a un club muy grande, con una afición impresionante y una ciudad que lo vive con una pasión muy parecida a la de acá. Aunque obviamente a diferencia del Betis, lo que genera Boca a nivel mediático, a nivel mundial, es mucho mayor, está todo potenciado acá.

Me costó al principio pero después uno va entendiendo como son las situaciones que uno va viviendo. La exposición es enorme. Uno desde afuera piensa que “Boca tiene mucha exposición”. Pero hasta que uno no está adentro no toma magnitud de lo que genera y mueve Boca. Había gente cuando viajábamos a jugar un amistoso a España o a Estados Unidos. Ni hablar en la Copa Argentina. Viajar al Interior con Boca es una revolución total. Hubo una vez que tardamos dos horas para llegar al hotel desde el Aeropuerto de la gente que había. Se paraliza la ciudad, a donde vayas.

Uno no puede creer lo que significa y el lugar en el que nos ponen a los jugadores que no es real, que es una persona común y corriente. Vos, los hinchas y nosotros somos iguales. Pasa que la gente, el periodismo y las redes sociales nos ponen un lugar complicado. Hoy en día yo en Rafaela compro pan como la persona de al lado. Pasa que hemos tenido un momento de fama en donde nos han puesto en un lugar que pocos llegan poco y hay muchos que les gusta y a otros que le gusta estar más tranquilo. Yo soy de ese último caso.

-¿Qué fue para vos atajar en Boca?

-Una de las grandes experiencias que me tocó vivir en mi carrera. Si bien obviamente me hubiese jugar más de lo que lo hice en mis cuatro años. En el momento en el que pude atajar, me aparece la lesión bastante grave del hombro, que me termina relegando y sacándome esa posibilidad de poder afianzarme. Pero no cambio por nada mi experiencia en Boca, es el club más grande de Argentina y uno de los más grandes de América. Haber llevado la camiseta de Boca me sigue llevando repercusiones. Hoy a cualquier lado a donde voy me sigue reconociendo, personas a las que les hablo para mi trabajo me conocen y por eso me atienden el teléfono. Eso me lo dio mi carrera y sobre todo Boca. Estoy muy contento de pasar allí.

-¿Cómo viviste el momento en el que te lesionaste y no pudiste recuperar la titularidad? ¿Sufriste mucho?

-Sí, me dolió mucho por el momento en el que me agarra la lesión: yo había esperado un año antes de la salida de (Agustín) Orión para tener mi posibilidad real de ser titular, venía teniendo buenos partidos, afianzándome después de un tiempo sin jugar, que es difícil. Y también fue antes de un Superclásico.

Yo me rompo el hombro un sábado a la mañana, en el último entrenamiento antes de jugar contra River en el Monumental. Eso fue lo que más me costó superar. Después, son lesiones, los jugadores estamos expuestos a eso, y he tenido varias importantes en mi carrera y siempre me sobrepuse.

Luego, cuando volví estaba Agustín Rossi con un buen presente y el entrenador tomó la decisión de que continuara él y yo lo respeté y seguí trabajando. Después de un tiempo en el que vi que no iba a tener posibilidad y mi carrera se estaba estancando, tomé la decisión de salir del club.

-¿Y cómo lo ves hoy a Rossi?

-Está teniendo un presente fantástico y me pone muy contento, porque es un chico al que lo han criticado mucho desde el principio y él ha sabido sobreponerse a esas situaciones. Una crítica en un club normal no pasa nada, pero recibir en un lugar como Boca y poder aguantarlas, habla de una hombría muy grande de Agustín. Y ojalá que pueda seguir mejorando y creciendo en su carrera. Es un chico muy joven y tiene muchísimo potencial.

-Muchos piden que vaya al Mundial por su habilidad cómo ataja-penales, además de su presente. ¿Vos qué pensás?

-Obviamente que tiene nivel para estar ahí, después la decisión la tomará el entrenador. Me parece que hoy en día en la Selección la premisa es el buen grupo que hay y por ahí será difícil que se incorpore gente nueva. Después, las condiciones, la actualidad y más estando en Boca que tiene Agustín da la sensación que podría ir. No sería descabellado que esté en la Selección, pero lo veo difícil por el lado de que el grupo está armado y en competiciones tan importantes como el Mundial, el grupo es un factor clave. Y creo que ha sido la clave de esta Selección: hoy uno ve en redes sociales el compañerismo y la relación que tienen entre todos. Creo que es el punto fuerte que ha logrado el entrenador.

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Sara atajó 37 partidos en Boca entre 2015 y 2018.

Sara atajó 37 partidos en Boca entre 2015 y 2018.

-¿Cómo fue jugar en la Bombonera? ¿Es verdad que se mueve la cancha? ¿Cuál fue tu experiencia?

-Mi primera experiencia en la Bombonera fue jugando con Atlético Rafaela: llegar y ver la magnitud de la cancha y de la gente es impresionante. La sensación diferente fue jugar con la camiseta de Boca allí, justamente el primero ante Atlético Rafaela (risas). Es una cosa indescriptible tener a la gente de Boca atrás, se siente la energía, que te empujar para ir para adelante. Es una cosa increíble. Es raro que uno se termina acostumbrando, cuando no es normal. La gente de Boca no es normal.

A cualquiera que va una o dos veces a la cancha le parece una locura. Y nosotros estábamos ahí todos los fines de semana y lo terminas viendo común y una vez que dejás de estar en ese lugar y volvés, pensás "Qué locura haber estado ahí adentro". Es una experiencia impresionante y una de las cosas que pienso cada vez que recuerdo mi carrera: jugué en la Bombonera, cancha llena, partidos importantes, que muchos no pudieron. Soy un agradecido a la vida y al fútbol por vivir esta experiencia.

-Y en esa cancha estando en el banco de suplentes estuviste presente en un partido muy particular: el clásico de Copa Libertadores en el que hinchas de Boca le arrojaron gas pimienta a los jugadores de River (se suspendió, no se jugó más).

-Un día muy raro. Debe ser la noche más extraña que me tocó vivir en el fútbol. No era fútbol eso, ya era un montón de cuestiones extra futbolísticas. En el entretiempo, entre dirigentes, policías y gente de Conmebol, había más gente en la cancha que en las tribunas. Estaba la incertidumbre si seguíamos jugando. En un momento, el árbitro (Darío Herrera) dijo: "Prepárense que arrancamos". Y al mismo tiempo se metía el equipo rival al banco de suplentes porque no podía jugar. Jugadores en el piso siendo atendidos.

No hubiese sido real terminar de jugar ese partido. Las condiciones se habían tergiversado, hubiese sido muy difícil volver a concentrarse. Fue todo muy loco. Ojalá que no se vuelva a repetir una situación similar. Esta muy alejado de lo que queremos que sea el fútbol. No es la imagen que debe mandarse del fútbol argentino al mundo.

-¿Te pareció bien la decisión de Conmebol de que pase River?

-No estuve ni sigo estando de acuerdo. Yo pienso siempre que los partidos se definen en la cancha. Anteriormente ante situaciones similares se había decidido un montón de veces que se defina en la cancha. Y acá, no sé si por cuestiones políticas, se terminó definiendo en un escritorio.

La verdad que a nosotros nos privó de mucho. Terminamos pagando los jugadores que hicimos un sacrificio enorme. Nos quedamos sin nada por una decisión así, ajena al cuerpo técnico y nosotros. Fue muy feo. Me acuerdo que después fueron semanas bastantes complicadas en el vestuario. Ya está. Ya pasó. Desgraciadamente quedó esa marca dentro del fútbol argentino que se recordará por mucho tiempo.

-Boca no gana la Copa Libertadores desde 2007. De ahí para acá estuvo muchas veces cerca de volver a conquistarla. Una de ellas fue en 2016, con vos en el plantel, cuando quedaron eliminados en semifinales con Independiente del Valle. ¿Te llegaste a ilusionar con ganarla?

-La verdad que en esa Copa el equipo venía bien, firme y por cómo veníamos; el equipo estaba muy ilusionado y quedar afuera de esa manera y de local, fue un golpe durísimo. Desgraciadamente tocó lo que tocó, esto es fútbol. Nos teníamos mucha confianza.

-¿Cómo era Carlos Tevez como compañero?

-Carlos ha sido una de las sorpresas más importantes que me ha tocado vivir, porque la verdad fue una sorpresa que viniera en el momento que estaba en la Juventus. Llegó y el grupo cambió. Son jugadores que te potencian. Vos lo ves a Carlos entrenar, trabajar y estar tan metido en los partidos, después de haber tenido la carrera que tuvo, todo lo que ganó y lo que significa para el fútbol mundial, y decís cómo no voy a estar enchufado yo.

Era una locura lo que generaba. La gente se agrupaba para verlo a él, quien siempre respondía, tenía tiempo para todos. Nos enseñó mucho. Siempre fue un líder dentro del vestuario. No tengo más que palabras de agradecimiento. Si bien no fuimos de los más cercanos, sí teníamos buena relación, fue espectacular.

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"No podía creer que jugaba con ellos (Tevez y Batistuta). Son dos fenómenos", dice Sara que compartió el golf con ellos.

-Bueno, jugaste unos partidos de golf contra él. ¿Cómo eran esos encuentros?

-Carlos juega muy bien. Empezó a jugar cuando estaba en Inglaterra, que allá es uno de los deportes más importantes. Ha tenido grandes profesores y me ha contado que ha estado en lugares espectaculares.

Juega muy bien, no me ha tocado la suerte de ganarle. Jugamos varias veces, de hecho, en una vuelta, me invitó a jugar en un club de Buenos Aires y estaba el Bati (Batistuta). No podía creer jugaba con ellos, dos fenómenos. Son cosas que te da Boca. Otro club no te da esa llegada. Son experiencias que me van a quedar guardadas para siempre.

-¿Te sorprendió que decidiera ser entrenador? ¿Qué crees que podrá aportar en este rol?

-Carlitos puede hacer lo que quiera dentro del fútbol porque él ha vivido experiencias que los mortales no podemos ni soñar con vivirlas. Obviamente que él se va a tener que preparar, sumar experiencia, porque no es lo mismo ser entrenador que jugador. Pero ha estado con grandes entrenadores de los que seguramente ha aprendido un montón de cuestiones y ese es su fuerte. Tiene que tratar de poder transmitir todas esas experiencias. Y otro fuerte suyo es su personalidad ganadora.

-¿Y qué opinas de Emiliano "Dibu" Martínez?

-La verdad que Martínez me sorprendió, yo no lo tenía muy visto porque él empezó a atajar de muy grande, en el Arsenal había atajado poco, en una FA Cup o una copa así que la había ganado. Y me sorprendió la entereza con la que juega, la seguridad que demuestra, sobre todo en el juego aéreo, que por ahí es el punto más difícil para un arquero. Transmite una seguridad que es impresionante, me encanta el estilo y la personalidad que tiene, y ojalá que tenga el mayor premio que puede llegar a tener un jugador de fútbol. No lo quiero nombrar por las dudas (risas). Uno que conoce el puesto, sabe lo que difícil que es transmitir, lo que él transmite. Lo felicito y le deseo lo mejor.

-Por otro lado, jugando vos para el Real Betis enfrentaste al Barcelona de Messi y Neymar. ¿Cómo estabas en la previa de enfrentar a Messi?

-Yo no venía jugando porque me estaba recuperando de un desgarro y medio que me apuré en la semana para llegar. No estaba seguro si iba a jugar. Yo me entero en la charla técnica, una hora y media antes de salir a la cancha. Entonces estaba más preocupado por saber si jugaba que en el Barcelona mismo.

La verdad que después fue una experiencia espectacular. Uno por ahí no toma dimensión porque está concentrado en el partido y es un equipo más. Una vez que termina el partido, te ponés a ver los jugadores que tenía el Barcelona y es una locura. Encima después de ese partido me toca hacer el control antidoping con Xavi y Bartra. Así que nos quedamos hablando de cualquier cosa, comiendo una pizza y tomando una cerveza en una sala del estadio. Intercambié ropa. No lo podía creer. Fue lo que más disfrute del partido, porque después en la cancha nos mataron, fue un 4 a 1 (risas).

Me acuerdo que habíamos arrancado bien los primeros 15 minutos con una buena presión, robamos unas pelotas, generamos un par de situaciones, pero no las pudimos meter. Hicimos un gran esfuerzo, pero ellos con cuatro o cinco toques se te metían abajo del arco. Nos metieron dos goles y después no tocamos más la pelota en todo el partido (risas). En dos jugadas demostraron que eran el mejor equipo del mundo sin dudas. Después, nos terminan goleando teniendo la pelota, desbordando dos o tres veces y tocando donde no se puede tocar, haciendo varias paredes dentro del área.

Me acuerdo que había salido Messi por lesión y entrado (Cesc) Fábregas. ¡Salió Messi y entró Fábregas! Era tremendo el equipo que tenían.

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-Contanos más de ese encuentro con Xavi

-Yo llegué primero y no sabía quiénes iban a venir. A los dos minutos, entran Xavi y Bartra. Me saludan, esto que el otro, y encima yo no podía mear (risas). Los tres estuvimos un rato largo, porque hasta que no hacés la cantidad que te piden, no te podés ir. Así que nos quedamos hablando, con cerveza sin alcohol, que te dan para que te den más ganas.

Yo tenía un miedo bárbaro para hablar pero todo empezó porque el médico del Barcelona y el nuestro, del Betis, tenían relación y empezaron a charlar. Xavi me preguntó de Argentina y me contó que le gusta la pasión con la que se juega y vive en nuestro país. Y al final, cuando se estaba por ir, me dije: "Ésta es la mía". Le pregunté si le podía cambiar la camiseta y me dijo: "Ya entregué dos".

Él estaba con una pechera. "Pero te doy el short". Así que me llevé su short. Con algo me quedé. Un fenómeno. Yo lo tenía al tipo como una mega estrella, algo inalcanzable, pero no deja de ser una persona común y corriente. Charlábamos de lo mismo, fue muy lindo.

-También tenés un buzo de Buffon ¿no?

-Sí, yo le hablé a Nahitan Nández (quien era compañero suyo en Boca) cuando estaba yendo a la Selección y al mismo tiempo a Rodri Bentacur (quien jugaba con Buffon y entrenaba con Nández en la Selección de Uruguay). "Es mi ídolo, por favor. Yo le mando 10 camisetas mías", le dije a Rodri. Y cuando regresa Nahitan, el hijo de p..., me dijo que no le dieron nada y después me lo terminó dando.

Fue un sueño para mí recibirla. Después, no sé si él (Buffon) tendrá las mías o las usará para lavar el auto (risas). También Rodrigo me mandó una suya de la Juventus, que yo soy muy hincha, muy fanático de la Juventus. Una amarilla, espectacular. Son dos de las remeras que más quiero.

-¿Por qué sos muy fanático de la Juventus?

-Por la Play. Cuando era chico, jugaba siempre con la Juventus y me empecé a fanatizar.

-Por último, ¿si no hubieras sido arquero de fútbol profesional, qué hubieras sido?

-La verdad, no tengo ni idea. Hoy me encuentro haciendo algo referido al fútbol, pero desde chico no pensé en ser nada más que jugador de fútbol.

Si bien cuando terminé la secundaria empecé a estudiar la Licenciatura en Marketing, nunca se me cruzó por la cabeza hacer otra cosa que jugar al fútbol. Yo tengo un hermano gemelo que hoy está trabajando en la parte de seguros, que le está yendo muy bien. Por ahí, hubiera podido hacer algo similar pero siempre pensé en jugar al fútbol y por suerte lo pude concretar.

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