Torneo Clausura 2006. Un resistido Federico Insua llegó a Avellaneda vistiendo la camiseta de Boca. El equipo de Alfio Basile se preparaba para dar la vuelta y la gente del Rojo desató su bronca, posiblemente infundada, contra el volante en la previa, debido a que en 2005 se había ido del club. Por ese entonces reinaba Julio Comparada, quien había dado su palabra de comprarle el pase, pero cuando llegó el momento eso no sucedió y el Pocho ancló en el Xeneize generando una fractura en la relación con el pueblo del Rojo.
Lo cierto fue que Boca venció en Avellaneda por 2 a 0 fue campeón y todo se rompió. Por más que el jugador se mostró respetuoso no hubo caso.
El tiempo pasó, las heridas cicatrizaron y fue clave su regreso al Libertadores de América para la despedida de Milito. Allí comenzó a medir que ya la bronca se había olvidado y muchos aseguran que fue el puntapié inicial para esta vuelta al Rojo.
Atrás quedó el recuerdo del título de 2002, con un despliegue conmovedor, con goles, asistencias, un fútbol todo terreno junto a Daniel Montenegro. Hoy las canas y un poco menos de pelo están presentes y a sus 34 años llega para sumar otras cualidades. El Pocho podrá darle tranquilidad a un equipo que viene haciendo gala de ella (sin contar los traspiés del verano), tendrá socios para cuidar la pelota, para regalar fantasías, para devolverle sabor a ese paladar negro cascoteado del hincha. Insua es una oportunidad para que Independiente se imponga por juego. Ya de sólo imaginar a Pisano, el Rolfi y el Pocho, quién puede demostrar escepticismo. Es cierto que en su último paso por Vélez no había mostrado su mejor forma e incluso Ricardo Gareca no lo contemplaba como titular y sus minutos en cancha no terminaron siendo muchos debido a las exigencias de Vélez. Ese será un punto a tener en cuenta y del cual deberá encargarse Omar de Felippe.
El volante iniciará así su tercer ciclo en el club después de 2002 y 2005 para encarar la vuelta al fútbol grande de la mejor manera. Tras cerrar su vínculo con Vélez (el Rojo se hará cargo de una deuda de 200.000 dólares que se mantenía con el jugador) hoy pondría el gancho a un contrato importante desde lo económico. Federico Insua regresa a Avellaneda y la gente del Rojo quiere volver a verlo con la pilcha del Diablo, la que mejor le queda.
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