La primera fue un desayuno en las oficinas del presidente de Boca, Daniel Angelici, en el microcentro porteño. Allí el anfitrión estuvo acompañado por Marcelo Tinelli (San Lorenzo), Rodolfo D'onofrio (River), Juan Sebastián Verón (Estudiantes) y Alejandro Nadur (Huracán) y se entrevistaron con Monserrat Jimenez (Conmebol) y Primo Corvaro (FIFA) por un tema puntual: la Superliga.
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Por último, Diego Maradona tuvo sus 40 minutos con Corvaro y Monserrat. Si bien el exjugador no interactúa con los enviados de Conmebol y FIFA, su palabra tendrá peso en la evaluación final del titular de la Federación madre, Gianni Infantino. Allí la cuestión no giró en torno a la Superliga -el exentrenador de la selección no la promueve-, sino en la reforma del estatuto: cambiar el esquema de poder que impera en Viamonte.
Esta semana, los veedores elaborarán su informe para elevar a las autoridades y la semana próxima la FIFA tomará una decisión que impactará de lleno en el presente y futuro de la AFA: todo parace encaminarse a una comisión normalizadora que reforme el estatuto, regule los intereses de la Superliga y -a menos que los amparos presentados permitan la votación del 30 de junio-, encamine a la asociación al consenso.
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