La Copa de la Superliga cambiará el formato para su próxima edición. Si bien todavía no está acordado el formato, los dirigentes trabajan sobre una idea de competencia en dos zonas de las que saldrán los finalistas o semifinalistas que accederán a las plazas de torneos internacionales en juego.
El borrador incluye dos grupos definidos por las distancias a recorrer: es decir que por las ubicaciones geográficas de cada miembro los viajes para completar el fixture sea parejo y no existan equipos que deban recorrer más distancias que otros.
Para lograrlo no harían un sorteo, sino que acomodarían algunos equipos iniciales -por ejemplo Boca separado de River, Independendiente de Racing, y Huracán de San Lorenzo, como los clásicos de Rosario, Santa Fe y La Plata- y luego compondrían cada universo según distancias. Si en un grupo está Atlético Tucumán, no estará Central Córdoba de Santiago del Estero, por una cuestión de distancias.
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El cálculo fino será encargado a la facultad de Exactas de la Universidad de Buenos Aires para lograr lo más cercano a un kilometraje parejo para todos los competidores. La idea es que haya fecha de clásicos.
En esa primera etapa, los equipos se enfrentarán en cada grupo todos contra todos, sin revancha. El tema de las localías estará sujeto a arbitrariedades, pero los dirigentes entienden que también serán equitativas las posibilidades de recaudación. En esta instancia, los puntos cosechados servirán para el promedio que definirá los tres descensos previstos.
Lo que aún resta definir es el desenlace: no está claro si los dos primeros de cada zona se enfrentarán en una final o clasificarán dos para hacer un choque de semifinal.