Los 10 regresos más importantes de ídolos al fútbol argentino

El regreso de Román a Boca tuvo dos etapas: la primera, a préstamo, duró cuatro meses. Él venía de estar sin jugar en Villarreal y Pedro Pompilio gestionó estoicamente una cesión. Rindió: ese semestre, el "Xeneize" ganó la Copa Libertadores. Seis meses después de que finalizó el préstamo, Boca pagó casi U$S 12.000.000 por el pase del enganche. También dio usufructo: ganó la Recopa Sudamericana, dos torneos locales y la Copa Argentina. En 2014 se fue a Argentinos Juniors, y a fin de año se retiró.

El "Payaso" pegó la vuelta este año, después de 15 años trotando por el mundo. Lesionado, con una operación en su tobillo, se sumó a los entrenamientos de Marcelo Gallardo. No superaba el dolor, y volvió al quirófano. Ahí, sí: se puso a tono futbolísticamente y se dio el gusto de tener minutos contra Rosario Central, en el triunfo por 2-0, y contra Liniers de Bahía Blanca, por Copa Argentina. Su categoría parece intacta.

La "Brujita" regresó al "Pincha" con la idea de darle un salto de calidad. Con Diego Simeone en el banco de suplentes, salió campeón del torneo local en 2006, con un juego bárbaro. Después, como si fuera poco consiguió la Copa Libertadores. Fue uno de los que volvió vigentes, activos, y fue determinante para su equipo. Ahora, es presidente de Estudiantes. Su vuelta agigantó su mito.

El "Mariscal" no pudo demostrar en su regreso lo que dejó antes de irse. Campeón y capitán en el campeonato del 2002, venía del Barcelona, con la ilusión de devolverle a Independiente todo lo que le dio. No pudo: estaba mal física y futbolísticamente. De todos modos, se retiró entre aplausos e idolatría.

Después de un buen pasar por Portugal, volvió al "Ciclón" en 2009. Y la rompió toda: salió campeón en 2013 y fue fundamental en la histórica Copa Libertadores que ganó San Lorenzo en 2014. A pesar de estar lesionado, tuvo una participación clave, y jugó a niveles altísimos en buenos pasajes del campeonato. Hoy es más ídolo que nunca.

Cuando Milito se fue a Europa, tenía un logro en su valija: había sido campeón en 2001 y roto con la racha de 35 años de Racing sin títulos. En Italia se transformó en un jugador de jerarquía Mundial. Fue la figura de la final de la Champions League 2010, cuando el Inter de José Mourinho consiguió campeonato europeo. Con una carrera increíble, el mayor de los Milito decidió volver a un Racing complicado: venía de salir 18vo en el último torneo y no tenía jugadores que despertaran expectativas. Pero él absorbió todas las presiones y llevó a la "Academia" a un nuevo éxito. A sus 35 años, sigue siendo la base del club de Avellaneda.

Cavenaghi jamás se imaginó que volvería a ponerse la banda roja para jugar la "B Nacional". Pero así lo dispuso el destino. Apenas River perdió la categoría, el "Torito" se puso a disposición para colaborar. En el ascenso no fue una pieza clave, pero estuvo afilado con el gol: convirtió 19 goles en los 38 partidos de procesión hasta volver a Primera. Ahora, como premio, es parte del plantel que volverá a jugar una semifinal de Copa Libertadores después de 10 años.

Guillermo fue ídolo de Boca. De los más grandes de todos los tiempos. Pero su corazón siempre fue "Tripero". Por eso, cuando tuvo que decidir, en 2011, si el avión que lo traía del fútbol norteamericano debía dejarlo en La Bombonera o en la ciudad de las diagonales, no dudó: volvió a Gimnasia para ayudarlo a mantener la categoría. No funcionó. El "Lobo" cayó en la promoción ante San Martín de San Juan. Fueron seis meses que sirvieron para ganarse el amor de todos los hinchas.

Histórico jugador de la Selección argentina, Maxi atendió el llamado del heroísmo en 2012. Pegó la vuelta junto a Gerardo Martino: Newell's estaba en peligro de descender y no querían ver caerse al equipo que los catapultó como profesionales. Con 31, vigente, rápido, fuerte y decisivo, la "Fiera" tuvo un Torneo Final 2013 bárbaro, que terminó con el título del conjunto rosarino. Ese semestre, alcanzaron la semifinal de la Copa Libertadores. Todavía viste de rojo y negro. Y jura que no usará otra camiseta en el fútbol argentino.

"Gomito" estaba grande. Pero todavía se mostraba vigente. A los 36 años, quiso volver a Nueva Chicago, el club de sus amores. Ahí había jugado siete años, divididos en dos etapas. Y siempre fue amado por los hinchas. Ni hablar en 2011, cuando se sumó para jugar la Primera B Metropolitana. El objetivo era dejar al conjunto de Mataderos en la B Nacional, para retirarse en paz. Consiguió tres ascensos en cuatro años: dos a la B Nacional y uno a Primera, a fin del año pasado. En todos fue capitán y figura. En febrero, y con 40 años, se rompió los ligamentos cruzados. Se está recuperando. Quiere retirarse en cancha. Un crack.