Las versiones oficiales coinciden en que no hubo apretada para el plantel de Independiente. Eso sí, los hechos dejan en evidencia varias cosas. La primera es que un barra como Bebote Alvarez, ya que se mueve a sus anchas por el club. Un día de actividad a puertas cerradas ingresó al predio de Villa Domínico (con su perro, para más datos) y tuvo un encuentro con Federico Mancuello.
Los jugadores lo "atienden" con privilegios (no cualquier socio puede ingresar de ese modo a las instalaciones), le dan pelotas, ropa y otros rumores sostienen que hasta dinero. Eso sí, a la dirigencia le parece lo más normal del mundo y hasta justifican de manera increíble el accionar. De todos modos es cierto que ninguno tiene derecho de admisión ya que Claudio Keblaitis, antes de dejar la conducción de la gestión Cantero, firmó el indulto para todos los barras.
Si lo apretaron a Mancuello solo lo sabe él. ¿Qué se le puede pedir que haga al capitán del Rojo? Contra los violentos no se puede si las autoridades y los que tienen mayor poder no hacen algo. Acá hubo un barra que entró al club y habló con el máximo referente del plantel así como usted puede hablar con su mejor amigo. En esta oportunidad se deslizó que Bebote lo chicaneó al capitán: "La cosa no es con vos. Qué pasa que cuando no estás esos muertos no ganan" y acto seguido le pidió una pelota para un chico discapacitado.
El Jefe de seguridad del club Gustavo Palopoli se encargó de sostener "Lo que apareció en algunos medios no es real, el tema puntual fue que se encontró de casualidad en la confitería del predio. No hubo apriete, ni pedido de dinero, ni nada por el estilo. Bebote Alvarez estuvo en el predio, como cualquier socio. A la zona de entrenamiento no entró, porque está vedada. Sólo ingresa la prensa cuando está pactado. Felicitó a Mancuello por el gol en la selección, le pidió una pelota para un chico discapacitado y nada más". Los barras vuelven a ser noticia en el Rojo, pero para la dirigencia es lo más normal del mundo.