Santiago Agustín Paz Fontan tiene 10 años y es fanático de Boca desde que nació, el 11 de noviembre en el barrio de El Prado de Marcos Paz. Sus papas, Miguel Antonio Paz y Veronica Fontán, le transmitieron desde su llegada al mundo el amor por los colores xeneizes, y la igualdad entre las personas.
El síndrome de Down de Santi fue la llave maestra para el entendimiento de la inclusión verdadera, sentida. Antonio y Vero le inculcaron desde que vino a este mundo que el SD no condiciona, y le grabaron en el corazón y en la cabeza una frase que repite constantemente a quienes conoce: "No dejes que los rasgos de mi rostro, impidan conocer mi ser".
Desde los 3 años, Santi va a la Bombonera con su familia -a veces con Antonio, otras veces con su hermana Marianela de 22 años- a ver al club que tanto ama. Es socio y nunca falta a un partido. Lo espera, semana a semana, y durante los días previos se la pasa hablando de su "Boquita".
Si hasta tiene su lugar propio en la platea y en el blindex de la boca del túnel desde donde salen sus ídolos. Se para siempre en el mismo espacio, y alienta a su equipo desde que sale en los micros de la "Peña Vasco Arruabarrena" de Marcos Paz hasta que se va de la cancha (cuando no, asiste con la Peña del Paso del Rey).
Santi respira Boca, y su amor es incondicional. Tiene camisetas, autógrafos, fotos con muchos futbolistas xeneizes, conserva como oro los guantes que le regaló Agustín Orion cuando partió del club rumbo a Racing, asiste cuando puede a los entrenamientos en Casa Amarilla, y es un infaltable en la Bombonera.
El pasado domingo, Santiaguito fue a la cancha a ver a Boca con Talleres en los micros de la peña acompañado por su hermana Marianela sin imaginar que viviría el día más perfecto como hincha:
Carlos Tevez, su ídolo, observó a Santi pegado al blindex de la platea emocionado, con una sonrisa enorme y se tomó unos segundos para mirarlo, y saludarlo antes de bajar a los vestuarios.
Pero el gesto del Apache no quedó ahí. Por la invitación de Juan Carlos Crespi, Santiaguito visitó los vestuarios de Boca, se llevó una camiseta de regalo, conoció de cerca a Tevez, charlaron unas palabras y se sacaron una foto memorable para la vida del nene. Y la historia continuó de manera aún más soñada: "Wanchope, Whanchope", gritó Santi. Abila lo miró, se acercó, Marianela capturó el momento con su celular y ahí, el goleador lo tomó de la mano, le dijo "vos seguime", le pidió prestado el celu a la hermana y subió a Santiago al micro del plantel para que se sacara fotos con todos. ¡Enorme Abila!
"Estuve con Tevez, Wanchope, Barrios, Pavón...Me llevó Wanchope al micro. Estoy feliz. Aguante Boca, papá!!!", expresó con una enorme alegría Santiaguito, en diálogo con POPULAR, el día después de su tarde soñada.
"Fue espectacular, disfrutó mucho Santi. El es muy espontáneo. Está muy feliz con todo lo que pasó. Y es muy importante porque demuestra la inclusión. Estas cosas como la que hizo Tevez y todo Boca enriquecen", remarcó Miguel Antonio Paz, que además contó cómo se revolucionó el barrio al ver a Santiaguito en todos los medios. "En Marcos Paz una repercusión impresionante. Muy felices todos", explica, mientras de fondo se escuchan los cantos boquenses de Santiago.
Antes de emprender el viaje rumbo a Barcelona para disputar el Trofeo Joan Gamper, Carlos Tevez habló con los medios sobre el encuentro con Santiaguito:
"El nene se sacó fotos con todos, lo hicimos subir al micro para que conozca a los jugadores y pasamos un momento muy lindo. A veces uno no se da cuenta lo importante que es tener ese momento para un chico", soltó el Apache, emocionado.