El delantero que llegó de emergencia por la lesión de Pavón, metió el segundo tanto en la goleada y se esperanzó con ganarse un lugar en la consideración del Vasco.
El comienzo del año lo tenía en los planes de Arsenal, allí había llegado a préstamo, pero la lesión de Cristian Pavón lo devolvió al Xeneize y Rodolfo Arruabarrena le dio su primera oportunidad, que aprovechó sin problemas. Aunque llegaron ofertas a Boca, el atacante avisó: "me quedo a pelearla, olvidate".
"Le venía gritando a Andrés (Chávez) que entraba solo y me vio. Miré para adentro para ver si me acompañaba alguien, pero el arquero me regaló el segundo palo y le pegué", resumió su tanto, con la asistencia del ex Banfield.
Pese al tanto y la goleada, el juvenil sabe que lo que resta no está regalado. "No hay que estar confiado, hay mucho para pelearla, esto es parte del sacrificio que uno hace todos los días. Sabíamos que iba a ser difícil porque es el clásico, pero hicimos un buen primer tiempo, los liquidamos ahí y nos vamos contentos a casa con el triunfo", cerró.
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