Atlético Tucumán y Tigre fueron sancionados por no cumplir con distintos estándares vigentes para la Súperliga. Por tratarse de cuestiones menores, el castigo se materializa en dinero.
El nuevo paradigma ya está en marcha: para jugar, no alcanza con el mérito deportivo para competir en la categoría, ya que también son necesarios otros requisitos que en el futuro serán fundamentales para poder participar del torneo.
Por eso, las faltas al reglamento de Licencias de la Superliga se pagan: el apercibimiento por no tener el orden el centro de monitoreo de las cámaras de acceso al estadio le costará a Atlético Tucumán $320.000. Si en 15 días el club tucumano no resuelve la situación, el castigo no solo aumentará económicamente, sino que además sumará un antecedente que pesará a la hora de fallar ante otra carencia.
Para Tigre el monto fue menor: $96.000 por no tener montada aún la sala de conferencias de prensa en el estadio. La entidad del norte del Gran Buenos Aires un plazo mayor para corregirlo, ya que en 45 días deberá concluir con las obras pertinentes. Si vuelve a transgredir, será considerado un reincidente y complica su situación de cara a nuevas exigencias.
El sistema de licencias comenzó la temporada pasada para aquellos equipos de Superliga que jugaban competencias internacionales y los mismos requisitos iniciales abarcaron a la totalidad de los participantes de Primera en el presente torneo. La B Nacional y Primera B, también comenzó con adecuaciones del estilo.
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