Racing fue mucho más que el Rojo y ganó el clásico en Mardel
Con goles de Milito y Bou, la gran figura de la noche, el campeón del fútbol argentino venció por 2-0 y se quedó con la copa "Ciudad de Avellaneda". El equipo de Cocca fue superior en todas las líneas y obtuvo una victoria inobjetable. El del Almirón mostró un rendimiento preocupante.
"Están bailando, con el campeón" se escuchó a más no poder en Mar del Plata. Es que Racing terminó a los toques ante Independiente en lo que fue un nuevo título para el campeón del fútbol argentino. Con goles de Diego Milito y Gustavo Bou el equipo de Diego Cocca se quedó con la copa Ciudad de Avellaneda y le dejó flor de incendio a Jorge Almirón y los suyos ya que el golpe recibido hará efecto durante toda la semana.
Se jugaba mucho Almirón. Encima se plantó con cinco en el fondo y ya predispuso mal a todo hincha del Rojo que entendía que ésa no era la manera de afrontar el encuentro. Y lo cierto fue que la pifió porque Racing mostró, una vez más, los argumentos que lo llevaron a consagrarse el año pasado y si bien no fue arrasador en el primer tiempo hizo lo necesario para irse ganando.
Independiente desaprovechó a Albertengo, solo entre los centrales, no funcionó la dupla Aquino-Pisano, flojo Mancuello y más flojo Rodríguez y así Racing hizo pie en el medio y comenzó a manejar la pelota y generar chances claras. Eso sí, ayudado en gran manera por la defensa de Independiente que fue un desastre. Racing pudo materializar sus intenciones recién a los treinta y nueve minutos. Fue a la salida de un tiro de esquina por derecha que Gastón Díaz jugó corto al primer palo. Allí la tomó Bou quien se sacó de encima a Breitenbruch con un giro y mandó el centro al corazón del área. El arquero del Rojo se quedó clavado en la línea y apareció Milito libre de marca para tocar al gol. Para la segunda mitad Almirón mandó a la cancha a Martín Benítez. No incluyó un delantero, que era lo que pedía el partido. Y como la suerte, entre otras cosas, no acompaña al Rojo a los 4' Bou después de gran jugada individual y un rebote del Ruso sacó un zapatazo seco que se clavó abajo. Con el partido en clara desventaja despertó Almirón para variar el esquema y ser un poco más ofensivo, pero el daño ya estaba hecho.