Sin avisar a nadie, Racing parece que dio por terminada su participación en el 2016, con aquella festejada goleada en el clásico ante Independiente, hace dos semanas. Tenía la oportunidad de dejar atrás la paupérrima actuación ante Boca, pero volvió a repetir viejos errores y cayó ante un rival que, en los últimos tiempos se ha convertido en su "bestia negra" y lo que es peor, hoy puede quedar a nueve de la cima y fue despedido con gruesos silbidos
En estos caso es fácil caer en la tentación del equipo que "aprovechó su oportunidad" para sentenciar la historia. Pero no se puede aplicar en este caso. Olimpo, de la mano de un ídolo de la casa como Barbas se le plantó cara a cara.
Ante ese karma que parece acompañar a Racing en los últimos tiempos, Zielinski le dio la chance a Guisao para que use la banda derecha. Pero el colombiano insinuó algo al principio, pero rápidamente se cansó. Además, tuvo que lidiar con la inteligencia de Mansilla, que armó una buena sociedad, por la izquierda, con un Pizzini que jugó con una motivación especial.
Fue justamente el ex Independiente el que hizo exigir a Orion, que envió el balón al córner,
Racing se quedó en la queja tras aquel tiro libre de Romero, en la única muestra de lucidez que exhibió en el primer tiempo (excepción hecha de Licha López que va a todas y exhibe la cuota de vergüenza del equipo) que pegó en el travesaño y picó afuera. En cambio Olimpo, estaba metido en el partido, y en ese contexto, Pizzini desbordó, luego de recibir un defectuoso rebote de parte de la defensa de Racing y su envío, fue conectado por López con la precisión de un cirujano, para establecer el 1 a 0.
Después de los silbidos y los cuestionamientos, se esperaba otra actitud de parte de Racing para el segundo tiempo. Rosales entró bien, pero insinuó más de lo que concretó. Racing allí coqueteó con el empate, pero cuando lo tuvo lo perdió primero Licha y luego, Bou, ejecutando de forma errónea el penal, al centro del arco.
Ese fue otro golpe anímico del cual le costó salir a Racing. Lo que aportó Lautaro Martínez, al ingresar, no alcanzó. Para colmo, cerca del final Olimpo sacó rédito de un error de la zaga central, Blanco quedó solo, definió con un tiro cruzado y ahí si dio pie para que todos fuera un final de año como local con los silbidos y cuestionamientos de decorado.