El River versión 2017 navega cada vez más seguro y sólido por las calmas aguas triunfales, tanto en el torneo local como en la Copa Libertadores.
Y en el mundo riverplatense ya se empiezan a ver parecidos entre este momento y aquél arranque del ciclo de Marcelo Gallardo, en el segundo semestre del 2014, cuando el equipo del Muñeco empezó a enamorar a los hinchas, a deslumbrar con su juego y eficacia, sentando las bases del River que al poco tiempo fue campeón de la Copa Sudamericana y al año siguiente de la Libertadores y otras copas adicionales.
Es la conclusión de lo que dejó la victoria del jueves a la noche 4-2 ante el Melgar de Perú, que le permitió al Millonario mantener el puntaje ideal en la Libertadores y ser el único líder del Grupo 3 al cabo de dos fechas.
Los encuentros pasan y este River suma aplausos y elogios. Si bien por momentos hay alguna “laguna” dentro de un mismo partido, la misma es efímera pues la confianza dentro y fuera del campo termina inclinando la balanza para los de Núñez. Anteponiéndose a cualquier adversidad, con fortaleza mental y varios nombres que se repiten si se toma la plantilla del 2014, es imposible no realizar un paralelismo.
Marcelo Gallardo, el padre de esta criatura que sigue tomando confianza, confesó con orgullo luego de la victoria en el Monumental contra el equipo peruano: “Me sentí representado, muy identificado por lo que veía respecto a la forma e idea y eso me gusta mucho que pase”.
Tarde o temprano, el gol del Millonario termina llegando. Pero el estar configurado constantemente en modo ofensivo genera algunos riesgos.
“Es la apuesta que tenemos de jugar, es una forma que asumimos ese tipo de riesgos, asumimos tomarlos. Es normal en un equipo que intenta atacar. Seríamos anormales si no sufriéramos este tipo de consecuencias”, analiza Gallardo.
Al momento de agarrar las estadísticas, aquel Millonario del segundo semestre de 2014 igualó en su visita al Bosque de Gimnasia y Esgrima La Plata 1 a 1 en el debut del Muñeco Gallardo en River, mientras que esta versión empató sin goles ante Unión en el Monumental. Luego de eso, los cuatro rivales que siguieron mordieron el polvo frente a la contundencia de La Banda y este presente se asemeja bastante a las bases asentadas por aquel entonces que terminaron en la obtención de la Sudamericana, Recopa y posterior Libertadores. Así cualquier similitud con la realidad, los hinchas de River esperan que no sean pura coincidencia.
La mística ganadora: al momento de salir a la cancha para disputar la Copa, principal objetivo, la contundencia termina aplastando a los rivales.
El mediocampo: con el retorno de Ariel Rojas, la levantada del Pity Martínez, la entrega de Ponzio y el mágico botín de Nacho Fernández, la zona media es un punto clave que se gana.
La delantera letal: Driussi y Alario son la pareja ideal del gol. Cuando uno no responde, el otro lo hace por ambos y siempre anotan.