Fútbol
Racing se quedó detenido en el tiempo y en las cargadas por el descenso de Independiente. Porque desde hace tres meses, que no gana un partido. Y el último fin de semana dio pena frente a Boca en la Bombonera. En un nuevo bochorno.
Tras el descenso de Independiente, los hinchas de Racing (con los dirigentes a la cabeza) se regocijaron con el Fantasma de la B, el "Velorio" organizado en el juego con Unión, de la jornada final del certamen pasado, y todas las cargadas para el clásico de barrio. Pero el maleficio parece haber cruzado de vereda, porque desde que el Rojo bajó de categoría, la Academia no ganó nunca más. Y encima, presenta en la cancha un equipo sin corazón, sin alma, sin reacción, que apenas sumó dos empates en siete fechas del torneo Inicial y dos enfrentamientos con Lanús por la Sudamericana, por lo que su formación ya parece un "equipo Fantasma".
Después de los 62 puntos que se acumularon en la temporada anterior, Luis Zubeldía armó un plantel para "ser protagonista" y "dar el salto", que fue únicamente un salto "al vacío", porque la campaña en el arranque del torneo Inicial, acumulado con lo que pasó en la Copa Sudamericana, se convirtió en un verdadero "papelón", porque la Academia ya lleva nueve partidos oficiales, con dos empates (con Colón y Lanús) y siete derrotas: una de ellas, con baile, como ocurrió el último fin de semana en la Bombonera, cuando Boca le terminó haciendo precio con el dos a cero, debido a la desdibujada actuación de los dirigidos ahora por Carlos Ischia.
Sin identidad, sin respuestas físicas ni anímicas, el futuro de Racing está invadido por las incertidumbres, a tal punto que la necesidad básica, de acá hasta fin de año, pasa por sumar puntos para engrosar el promedio y no tener dolores de cabeza en el próximo semestre con el descenso. Lo cierto es que la alarma todavía no se encendió, porque la Academia está a 18 puntos de Godoy Cruz, el último equipo que está en zona de descenso, pero si no levanta cabeza y encima, los recién ascendidos lograr recuperarse, la situación puede convertirse en un polvorín.
Sin identidad, sin respuestas físicas ni anímicas, el futuro de Racing está invadido por las incertidumbres, a tal punto que la necesidad básica, de acá hasta fin de año, pasa por sumar puntos para engrosar el promedio y no tener dolores de cabeza en el próximo semestre con el descenso. Lo cierto es que la alarma todavía no se encendió, porque la Academia está a 18 puntos de Godoy Cruz, el último equipo que está en zona de descenso, pero si no levanta cabeza y encima, los recién ascendidos lograr recuperarse, la situación puede convertirse en un polvorín.
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