La polémica se expandió tanto que el arbitraje había quedado también expuesto, porque el defensor no fue expulsado en ninguna de las dos ocasiones, pese a la fractura del juvenil y al esguince severo del Burrito. Por eso, a los 10 minutos en su primer cruce fuerte -Sebastián Palacios fue la víctima esta vez-, Diego Abal no lo dudó y le mostró la amarilla.
El lateral millonario juega condicionado desde antes del cuarto de hora del encuentro y tras la infracción se preocupó por disculparse ante el jugador y se lo vio dialogando con el Cata Díaz, que el recriminó las reiteradas entradas fuertes. En la semana, un dirigente de Boca lo había tildado de "mala leche".
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