Vélez mostró signos de recuperación futbolística. Es más, acumuló méritos como para volver con los tres puntos de Córdoba. Sin embargo, tuvo que esperar hasta la última jugada para, al menos, rescatar uno.
Y es que Belgrano, que sólo había sido más efectivo, se relamía saboreando una victoria por la que no había hecho demasiado, hasta que llegó la avivada de Jesús Méndez quien sacó rápido un tiro libre sobre la derecha, Vargas escapó, metió un zapatazo que tapó el arquero, el rebote le cayó a Bouzat para que anotara con un tiro débil de zurda el agónico empate.
Arrancaron con todo, golpe por golpe. Al minuto y medio, Torsiglieri manoteó a Lema a la salida de un corner y Lamolina marcó el penal que Matías Suárez transformó en el 1 a 0 con un derechazo alto y potente. Apenas un par de minutos después, tras un pase bárbaro de Robertone, Zárate dio una muestra de su jerarquía bajando la pelota con el pecho y definiendo abajo, contra el primer palo.
A partir de allí Vélez se mostró más compacto y empezó a sacar provecho del muy buen pie de sus mediocampistas, manejó el balón, empujó al local contra su arco y coqueteó con el segundo de la mano de una propuesta muy generosa. Zárate volvió a aparecer sobre la izquierda para dominar la pelota en una baldosa y servirle el gol a Mainero, pero Acosta se lució con una atajada bárbara.
Bien parado atrás, rápido en el medio y con mucha movilidad en la zona de ataque, Vélez terminó mejor que Belgrano esa primera parte que, en su tramo final, perdió algo de lucidez.
En la segunda parte Vélez acusó recibo de su desgaste inicial. Así y todo, Zárate seguía inquietando y daba la sensación de que el equipo de Heinze era el que más se esforzaba por llevarse el premio mayor. Pero Belgrano empezó a crecer desde el empuje de Ramis y Rigamonti tapó un par de pelotas de gol que fueron un aviso. Hasta que llegó un pase largo con la defensa de Vélez muy adelantada, Suárez escapó solo y tocó a un rincón.
Quedaba poco para e final y daba la sensación de que la historia estaba sellada. Incluso, Belgrano parecía más sólido. Sólo debía aguantar los últimos minutos, pero no lo logró. Saque de Méndez y gol de Bouzat, dos de los cambios de Heinze, protagonistas del gol del empate que puso justicia en la chapa.