Barracas, Buenos Aires, Argentina, Madrid y España lloran especialmente su muerte. Dormita el dolor en Buenos Aires, en el barrio de La Boca; en River y Huracán. Llora Madrid y el Real, en donde el futbolista más polivalente que pisó el césped diera sus mejores recitales.
Los más jóvenes lamentan que don Alfredo naciese en un momento en donde la tecnología alcanzaba sólo al celuloide cinematográfico. Quedaron para la posteridad algunas de las perlas futbolísticas salidas de los pies de Di Stefano, con las escasas imágenes en blanco y negro de los archivos del No-Do o Televisión Española.
Se antoja un equipaje demasiado liviano para las once temporadas completas que la 'Saeta Rubia' vistió la camiseta del Real Madrid, con 307 goles y 403 partidos oficiales, para 8 títulos ligueros y 5 Copas de Europa.
La 'Saeta Rubia'. El sobrenombre que la hinchada de River colocó para siempre sobre los hombros de Di Stéfano, pues el delantero era tan veloz como uno de aquellos modernos aviones de los años 40 y 50 con propulsión trasera a reacción (vulgarmente, 'Saetas') y por su cabellos rubios.
Su velocidad, endiablada, le facilitó el apodo. La 'barra brava' de River le cantaba en el Monumental de Buenos Aires: "Socorro, socorro, que viene la Saeta Rubia con su propulsión a chorro...".
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