Bajo la avenida Corrientes al 6.600, en donde está el frondoso Parque Los Andes, existe un espacio subterráneo que parece un búnker. Escaleras con descansos que conectan la superficie con un lugar habitado por trabajadores con mamelucos blancos, guantes apretados, zapatos gruesos y máscaras con filtros. Hace dos meses que el taller Rancagua es una base de operaciones.
Allí ingresan las formaciones marca Mitsubishi de la línea B del subterráneo para la detección y eliminación completa del asbesto presente en algunos componentes. En ese lugar se lleva a cabo "el Plan de Gestión Integral de Asbesto. El plan de descontaminación más importante de Latinoamérica", como resaltan desde SBASE, Metrovías y Borg, firma contratada para el trabajo.
"En todo el trabajo lo que se hace es aseguramos que no continúe contaminando otras cosas", comentó Aníbal Rojas, gerente de operaciones de la compañía mencionada, en diálogo con este medio. Por tal motivo el taller consta de una construcción metálica similar a un túnel recubierta por durlock y polietileno en donde se tratan las triplas -tres vagones- "en total hermeticidad".
Con la premisa de evitar que las partículas cancerígenas se dispersen hacia otras áreas y concentrarlas para su eliminación completa, una cuadrilla de operarios especializados trabajan al mismo tiempo en el interior, en lo que es la cabina del motorman y el sector de pasajeros; y por debajo de los coches, en donde están mecanismos como apaga chispas, cajas, tapas y frenos, parte que "representa un 90% del trabajo", afirma Rojas.
En todos los casos, el proceso tiene tres pasos: oclusión, remoción y sustitución de las piezas por otras con el sello rojo obligatorio que señala "Asbestos free" -Libre de asbesto-. Si la remoción es un riesgo se utiliza un revestimiento rust grip.
Posteriormente, todo el material "extraído" será separado y trasladado en un camión autorizado hacia San Lorenzo, provincia de Santa Fe. Es decir, el desecho recorré más de 400 kilómetros hacia un relleno sanitario de enormes proporciones, de acuerdo a lo detallado por el especialista.
"Una tripla lleva una semana de trabajo. O sea, en quince días hay una formación entera terminada", subrayó Eduardo Domínguez, gerente de Operaciones de Metrovías. Hace pocos días finalizaron con una formación y ya se trabaja con la segunda de las 16 existentes -90 vagones-.
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