El Sanatorio 24 de Septiembre de Avellaneda, donde una anciana afiliada al PAMI falleció cuando se desplomó el montacargas en el que iba a ser traslada para estudios, fue clausurada este viernes en forma preventiva.
Por orden de una fiscal del Polo Judicial de dicho partido, fueron cerrados el segundo y tercer piso. En éste último lugar había una obra en construcción detenida hace dos años; mientras que en el segundo nivel se había producido un escape de gas.
En tanto, el Concejo Deliberante del distrito iba a producir un pedido de informes a la comuna en torno a la situación edilicia de la clínica.
El director de Fiscalización Sanitaria bonaerense, Pablo Binaghi explicó que de una inspección realizada en el 2014 "surgieron una serie de observaciones sobre las condiciones estructurales de ese establecimiento".
"Poco después de comunicarle los resultados de la inspección a los responsables del sanatorio, estos presentaron un descargo y, luego, el ministerio procedió a multar al establecimiento por un monto equivalente a 15 sueldos mínimos de la administración pública provincial", detalló el funcionario.
Por otra parte, desde el Sindicato del Personal de Químicas y Petroquímicas, distante a una cuadra de la clínica, se preparaba un comunicado, pero su titular, Facundo Aveiro, precisó: “nuestros afiliados a la obras social ya no se atienden allí, hace unos años se hicieron denuncias sobre los problemas del edificio, mala atención y precariedad del personal, por lo que se decidió no tener más contacto. Actualmente, los trabajadores que se atienden allí son de otra obra social, de otra federación”.
A favor y en contra
Vecinos del sanatorio, sito en Suárez y Zevallos del barrio de Crucesita, que no quisieron revelar sus nombres, señalaron que “la clínica a simple vista desde afuera muestra un abandono. Dicen que falta limpieza y la atención es deficiente, pero para las urgencias al barrio le sirve. Nunca pasó algo así, fue una fatalidad”.
Por su parte, Juana Silva y Nélida Fernández, afiliadas a PAMI, que se atienden en la misma clínica, coincidieron en que “fue una desgracia”. Empero, Nélida, residente en Wilde, aseguró: “siempre vengo a la doctora, los médicos son muy buenos y atienden de buena manera. A mi esposo que sufre del corazón lo he traído varios sábados y nunca lo dejaron de atender. Lo que ocurrió fue una desgracia”.
A su turno, Noemí, también afiliada al PAMI, mostró otra versión. “Atienden más o menos, demoran los turnos, muchas veces hay que esperar, ahora me dieron turno para operarme recién en mayo, es mucho tiempo. Yo no estoy conforme”.
Alfonso, vecino y ex paciente, fue más allá. “Las autoridades de salud deben saber lo que pasa acá, los problemas que hay adentro y la mala administración. Por suerte me cambiaron de lugar en PAMI. Lo que pasa es que no hay muchos lugares donde recurrir, hubo gente que tiene un plan familiar y me ha dicho lo mismo”, afirmó.
comentar