1.
Vos no sos culpable de nada. No tenés la culpa de ser agredido. Recordá que no sos el causante del problema.
Es el agresor el que tiene el problema.2.
Vos podés ser diferente, todos tenemos derecho a ser distintos, a tener una forma de ser propia, un físico, unas ideas.
3.
Vos no tenés que hacer frente a esta situación sólo.
4.
No sos inferior, ni cobarde, por no responder a las agresiones, pero tenés que ser valiente para enfrentarte de una vez a la situación.
5. Si alguien te está haciendo daño y estás sufriendo
, acudí siempre a un adulto. Los primeros tus padres, tu profesor, preceptor, director, etc.
6. Si sentís que no les podes contar esto a tus padres o que crees que no te apoyan de la manera que necesitás,
hablá con otro adulto en quien confíes: un familiar, el maestro, el orientador, un psicólogo. Si no te atrevés empezá por contárselo a alguien de tu edad.
7.
Hablá con quien haya visto las agresiones, para que te apoye, para que vaya contigo. Trata sobretodo de mostrar lo que sufrís, no sientas que es una humillación, porque no lo es. Hablar de esto puede salvar tu vida y tu futuro.
8.
Explicá las cosas de modo que al adulto le quede claro que esa situación te afecta profundamente. Si el acoso es psicológico es más sutil, pero a veces más dañino. Describilo claramente, intentá expresar como te sentís, que pensás acerca de esto, como afecta a tu vida. Utilizá todas las palabras que puedas para demostrar tus sentimientos. Hacé un esfuerzo para comunicarte, para que sean conscientes de lo que realmente estás sufriendo.
9.
Si sentís que no podés hablar, porque no te atrevés, escribilo. Una carta, un e-mail, un tweet o un mensaje en el muro de Facebook. Si todo falla, pasáselo a alguien de confianza para que lo escriba.
10. Sobre todo tenés que saber que
no estás solo, que siempre hay una salida, que sos vos quien merece tener toda una vida por delante, y que tenés que seguir luchando. No dejes que ganen los malos, porque de esa forma, todos perdemos.