Este médico cubano el 14 de agosto de 1881 demostraba que el agente transmisor de esta enfermedad era el mosquito Aedes Aegypt.

En 14 de agosto de 1881, hace 139 años, el médico cubano Carlos Finlay demostró ante la comunidad científica internacional que el agente transmisor de la fiebre amarilla es el mosquito Aedes Aegypti, en un notable hallazgo para la ciencia de entonces.

Todo comenzó en ese mismo 1881, cuando dio a conocer en la Conferencia Sanitaria Internacional de Washington su teoría sobre el contagio de enfermedades.

De esta forma, resolvió las internas entre los defensores del contagionismo y los partidarios del anticontagionismo.

Finalay se refirió a la existencia de una corriente demostrable científicamente, diferente al contagionismo y al anticontagionismo, y basada en la transmisión de enfermedades de un individuo enfermo a otro sano por conducto de vectores biológicos.

Mediante la aplicación de esta teoría a la propagación de la fiebre amarilla, descubrió que el mosquito Aedes Aegypti era el único agente capaz de transmitirla.

La vida de Carlos Finlay.

Este científico cubano creó el método experimental de producir formas atenuadas de la fiebre amarilla en los seres humanos.

Este avance le posibilitó comprobar la veracidad de sus descubrimientos y además comenzar el estudio de los mecanismos inmunológicos de las enfermedades infecto contagiosas.

La investigación de este científico fue fundamental para combatir la enfermedad que estaba diezmando la población de Cuba y otros países.

La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El virus es endémico en las zonas tropicales de África y América latina.

No hay tratamiento curativo y la vacunación es la medida preventiva más importante.

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VIDA Y OBRA DE UN CIENTÍFICO

Carlos Juan Finlay Barrés nació en la ciudad de Camagüey, en Cuba, el 3 de diciembre de 1833. Llegó al mundo en un hogar pluricultural, siendo sus padres fueron el doctor Edward Finlay, natural de Escocia, médico graduado de las Universidades de La Habana y Lima, y de Elizabeth de Barrés, nacida en Puerto España, Trinidad Tobago.

Cursó sus estudios secundarios en Rouen, Francia y se graduó como Doctor en Medicina en 1855 en el Jefferson Medical College, en Filadelfia. Luego revalidó su título en la Universidad de La Habana, en 1857.

Además, fue miembro de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales y el Secretario de su Sección de Ciencias en su país natal.

Al margen de sus trabajos sobre la fiebre amarilla, también puso sus conocimientos al estudio de la lepra, las enfermedades de la vista, la malaria, el beriberi, la corea, la tuberculosis y el absceso hepático.

Por sus investigaciones y aportes científicos fue propuesto en varias ocasiones para el Premio Nobel, pero nunca tuvo suerte en la elección final.

Finlay murió de un ataque cerebral, originado por severas convulsiones, en su casa en La Habana el 20 de agosto de 1915. Tenía 81 años.

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