Un volver a nacer... Antes de descubrir el cannabis como alternativa medicinal, Valeria Salech intentó combatir la epilepsia de su hijo Emiliano con anticonvulsivantes y Risperidona. Fueron 9 años sin avances. Hasta que en el 2015 conoció las propiedades del aceite de marihuana como tratamiento paliativo. Ahí esa mejor calidad de vida que tanto soñó para su niño, y su familia, se hizo realidad.
Yamila Casagrande es la mamá de Benjamín. Su bebé de 2 años padece de Síndrome de West, y llegó a tener más de 300 convulsiones por día. El cóctel de comprimidos recetados para esta patología nunca generó una respuesta positiva y alentadora; pero al año y medio encontró en el cannabis medicinal esa evolución que tanto necesitaba, y así -asegura ella- conoció las primeras sonrisas de su hijo.
Pamela Vicente tuvo a Guadalupe hace 11 años. Desde los 3, su niña sufre parálisis cerebral y epilepsia refractaria. Con el paso del tiempo, probó con diferentes tratamientos; pero ninguno le dio dignidad a su hija ni plantó lucha contra los efectos malignos de las enfermedades. Hace 8 meses decidió intentar con el aceite de cannabis y desde ahí -según expresa feliz toda la familia- Guada volvió a vivir.
Valeria, Yamila, y Pamela son parte de Mamá Cultiva, una asociación civil creada en abril de 2016–inspirada en su homónima chilena- cuyos objetivos son cultivar en forma individual y colectiva el cannabis que sus hijos necesitan, promover leyes que permitan y faciliten el uso del cannabis en forma medicinal y bregar por la libre información respecto al tema y la accesibilidad sin restricciones económicas a quienes necesitan de esta medicina.
Ellas no son más que tres ejemplos de las cientos de madres argentinas que gambetean el prohibicionismo arriesgando su libertad y luchando para mejorar la calidad de vida de sus hijos. Pero este tratamiento alternativo puede dejar de ser clandestino.
A fines de noviembre, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto que, entre otras cosas, busca regular la importación del aceite de marihuana para su uso en pacientes con determinadas patologías a la vez que estableció un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados. Ahora, falta que el Senado reconozca este derecho a la salud y entienda que, como dicen las madres, "la actual Ley de Drogas no comprende el dolor". "Ajusten las normas para que no se nos trate como criminales", ruegan las integrantes de Mamá Cultiva.
Volvieron a nacerUn paso más, pero quedan muchos por dar..."Con la media sanción estamos contentas, pero no felices. Es un logro muy importante que se permita la investigación y el estudio porque estamos seguras que investigando la planta van a encontrar oro en polvo. Aunque todavía falta, que hoy se hable de marihuana medicinal es una batalla ganada. Ahora vamos a tener que trabajar mucho. Igual es lo nuestro, es algo que conocemos y que le devolvió la vida a nuestros hijos", confesó Valeria Salech, presidenta de Mamá Cultiva, a DIARIO POPULAR. Con el cannabis despertó Benja, yo, mi mamá, mi familia, los hermanos. Cada vez que el nene convulsionaba, convulsionábamos todos, lo mismo cuando nos internábamos. Yo volví a parir un hijo, volví a nacer, es algo inexplicable", agregó Yamila.
Ahora, la ilusión es el Senado reconozca este derecho a la salud. "Ya hablamos con el bloque mayoritario, con Miguel Pichetto (FPV), y nos dijo que el bloque nos va a acompañar. También hicimos lo mismo con la gente de Pinedo (PRO). Seguramente en los próximos meses tendremos la ley completamente sancionada".
Igual, pase lo que pase con la ley, las mamás avisan que seguirán cultivando marihuana porque el dolor de sus hijos no espera. "El único aceite que se puede comprar sale más de 300 dólares y las madres no podemos pagar eso. Además no es lógico pagar por algo que crece en el patio de tu casa. No fuimos a pedir permiso para plantar o utilizar el cannabis. Fuimos a decir estamos haciendo esto, ajusten la ley para que no se nos trate como criminales. La política entendió que si llega a cometer el error de llevar presa a una madre el costo político sería altísimo. No es darnos un permiso sino ajustarse a lo que está pasando. Nuestra interpelación es al sistema de salud. No estamos reclamando el fasito o el porrito. Hay que respetar al paciente. Si cualquier político o policía o quien ponga en duda lo que hacemos están un día con nuestros hijos, dicen: devuélvanle las plantas a estas minas. Nadie tiene una idea salvo las madres que viven lo que nosotros vivimos de lo denigrante que es esta enfermedad de mierda".
Cuando la salud pública nos empezó a expulsar, nosotras como respuesta generamos una red de salud propia.
De ir a hacer consultar al doctor, a que el doctor le haga consultas a ellas... "Los médicos nos mandan pacientes para que le contemos sobre el cannabis", cuentó Yamila.
"Todavía falta la media sanción para que los médicos sientan que no están haciendo algo ilegal. Muchos tienen ganas de comprometerse, y entienden que deben aprender de la planta", añadió Valeria.
"Hace poco me mandó un mensaje una pediatra, que le había comentado mi caso la pediatra de mi hija, para decirme que le lleve a la nena para hacerle análisis y ver cómo va todo. Ahora son los médicos los que nos llaman a nosotras para ver cómo siguen nuestros hijos con este tratamiento con cannabis", contó Pamela.
"Los cultivadores son nuestros ángeles guardianes"
Durante los meses que duró el debate por la legalización del cannabis medicinal varias veces se escuchó hablar de los cultivadores. Estos particulares anónimos son el primer eslabón entre la desesperación de las madres y la sustancia que le dio una mejor calidad de vida a sus hijos.
"Los cultivadores son nuestros ángeles guardianes. Ellos aman a las plantas como nosotras amamos a nuestros hijos", explicó Salech. Y agregó: "Yo les digo a las madres que sospechen si un cultivador les quiere cobrar por el aceite. Nosotras queremos estar en la reglamentación de la ley para poder denunciar a varios que están haciendo negocios con la salud".
En la misma línea que su compañera, Yamila Casagrande apuntó: "De manera desinteresada a me dieron una jeringa con el aceite, una plantita y me enseñaron todo lo necesario para poder plantar. Les estoy eternamente agradecida"
Los cannabicultores son quienes, por su propia experiencia con la planta, poseen los conocimientos técnicos y prácticos para elaborar los derivados necesarios para tratar las distintas patologías. Es por esto que desde Mamá Cultiva solicitaron la inclusión del "cultivo solidario", es decir que puedan aportar desde su capacidad a la producción de la medicina.
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