Mujeres de la comunidad wichí denunciaron que hombres blancos organizan cacerías para violarlas. Octorina Zamora, representante wichí, señaló que su lucha actual es terminar con el "chineo", violación sistemática de niñas originarias desde los siete años a manos de "criollos".
Estos "criollos", según la mujer, serían hombres blancos policías, gendarmes, comerciantes, enfermeros, terratenientes, entre otros. Varios de ellos con poder político y económico, en la provincia de Salta.
La vocera de la comunidad señaló -en declaraciones a TN- que hace años comenzó a denunciar las atrocidades de aquella práctica: "en el ministerio del Interior nos dijeron que no podían hacer demasiado porque se trataba de una práctica cultural. Pero no lo es, porque no es parte de la cosmovisión de los pueblos indígenas entregar a las niñas para que sean violadas, sino que es algo que se da por la dominación misma y por impunidad de los criollos con las comunidades indígenas".
Tras encontrar a un defensor de la justicia y una fiscal que se interesaron en la problemática, 29 mujeres denunciaron a sus abusadores. En muchos casos, se les realizó un test de ADN que arrojó resultado positivo de paternidad.
Una de las víctimas relató que "volvía de la escuela con mi prima, agarradas de la mano, estaba cerca de mi casa, faltaba poco para llegar. Ella alcanzó a correr, pero yo no. Me subieron a un auto, eran hombres blancos, y me violaron. Hoy no quiero que eso le suceda a ninguna de mis hijas, por eso digo basta de chineo".
Mediante la campaña "Basta de chineo", las mujeres originarias se organizaron para denunciar a quienes abusaron de ellas a lo largo de los años.
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