Mariela Muñoz, la transexual tucumana pionera en la defensa de los derechos de ese colectivo y conocida a nivel nacional en 1993, cuando un juez le quitó a tres chicos que criaba como madre, murió a los 73 años en el Conurbano bonaerense, donde residía.
En 1997 Muñoz también se convirtió en la primera persona que obtuvo en la Argentina el documento con su identidad de género autopercibida, al lograr que le cambien el nombre Leonardo, como la inscribieron cuando nació en la localidad de Lules, por el de Mariela, que ella eligió.
Muñoz, que había sufrido tres ACV y tenía problemas para ver, oír y caminar, vivía en la casa de su madre en Ezpeleta, partido de Quilmes, en el sur del Conurbano bonaerense.
Mucho antes de que se sancionara la Ley de Identidad de Género (26.743, sancionada y promulgada en mayo de 2012) la justicia entendió que su sexo psicológico era femenino desde la infancia, además de tender a la “irreversibilidad” de su situación luego de la operación que en octubre de 1981 se había realizado en Chile para adaptar su “morfología externa”.
El caso fue un precedente para el pedido de cambio de identidad de varias transexuales durante las décadas que siguieron.