Mark Bryan vive en Alemania, donde trabaja como ingeniero robótico. Lleva una vida normal como cualquiera de nosotros, con la diferencia de que hace cuatro años desafía los estereotipos de género. Casi siempre lleva pollera y tacos al trabajo, a la ciudad en su casa.
Mark comenzó a usar tacos cuando estaba en la universidad, por un pedido de su novia, quien le pidió que los probará para bailar con ella. Las polleras llegaron después, y creó una cuenta de Instagram @ markybryan911 para compartir sus looks diarios.
"Me visto así porque puedo. Por ser diferente. Siempre he admirado a las mujeres con faldas ajustadas y tacones. No sexualmente, sino por lo poderosas que parecen. No me visto para ser sexy, sino como una mujer profesional. Para mi, la ropa no tiene género. Prefiero faldas a vestidos, porque con estos no puedo mezclar. Me gusta "masculino" de cintura para arriba y sin género hacia abajo. Se trata de que la ropa no tenga género."
Mark lleva casado 11 años y tiene todo el apoyo de su esposa y familia: "Mi esposa a menudo me sugiere qué ponerme. Mi hija a veces desea poder usar mis zapatos."
"No me siento distinto, solo es ropa. Por supuesto, en días fríos o ventosos, se nota distinto. Pero al llevar tacones, me siento más alto y poderoso, por alguna razón. Quizá tener la fuerza interna para llevar esta ropa me ha dado confianza para manejar la presión en el trabajo."
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