Eso es lo que se conoce. Pero detrás de todo esto, los protagonistas, a los que le toca lidiar día a día con este tipo de juego y carencias, tienen que complementar sus esfuerzos deportivos con su vida personal.
El fútbol como trabajo no existe en esta divisional y un claro ejemplo es Hernán Centurión, una de las figuras que tiene Argentino de Quilmes, el puntero. El delantero entrena por la mañana y por la tarde atiende una pollería que, como él cuenta, es su sustento de vida.
"Hace un año y medio que tengo mi propio local, antes era empleado en una carnicería. Me lo puso mi mamá cuando yo me decidí a seguir jugando a la pelota, que es lo que a mí más me gusta. Cuando uno juega al fútbol, se le hace muy complicado encontrar un trabajo fijo, en donde puedas compatibilizar los horarios, porque a veces te toca jugar los días de semana o concentrar antes del partido y hay que faltar dos días seguidos, así que me compró las máquinas y todo lo necesario para ponerme esto que tengo", contó el dueño de la camiseta 9 del Mate.
Y agregó: "trato de vivirlo tranquilo. Es un esfuerzo que tengo que hacer porque en esta divisional la gran mayoría no puede vivir solo del fútbol. Hay que buscar otros recursos y yo lo hago en la pollería. Por la mañana, cuando entreno, lo atiende mi señora, y a la tarde el turno es mío. Hay días en los que estoy cansado, pero es lo que hay y lo acepto. Generalmente luego del entrenamiento matutino me acuesto una hora para intentar recuperar energías y llegar con fuerzas para atender".
La entrevista se corta por unos minutos. Un cliente interrumpe el diálogo y compra comida para la noche. Mientras, aprovecha para hablar con el jugador. "¿Cómo te fue?", le pregunta.
Hernán deja el cuchillo a un lado, para de cortar y se entusiasma contándole del triunfo sobre Victoriano Arenas que le permitió al equipo recuperar el liderazgo que le había arrebatado Riestra: "Por suerte volvimos a ganar, 4 a 2. Era una cancha difícil pero salimos decididos a quedarnos con los tres puntos. Era una obligación volver a la punta".
El futbolista regresa, se quita el delantal y exhibe con orgullo la camiseta del club de la Barranca: "Acá todos saben que juego en el Mate. Hay muchos hinchas de Berazategui pero tienen la mejor conmigo. Me hablan de fútbol porque saben que es lo que a mí me apasiona".
Obviamente que en su cabeza está el objetivo de algún día poder dedicarse de lleno a hacer lo que lo hace más feliz, que es jugar. Aunque a la brevedad, no dudó en señalar que lograr el ascenso con Argentino es en lo único que piensa: "Este año no se nos puede escapar. La temporada pasada quedamos en la puerta, perdimos la Promoción con Luján y nos quedó la espina. Ahora estamos punteros, tiramos todos para el mismo lado y queremos darle una alegría a la gente. Sabemos que va a ser difícil, hay muchos equipos que son bastante duros".