La sensibilidad suele discurrir por caminos que no siempre se adivinan pronto, pero con el correr del tiempo, el deseo planta su bandera y permite que alguien pueda descubrir el sendero adecuado para su vida.
"Yo creo que tuve mi camino marcado desde antes de nacer, ya que en la panza de mi mamá escuchaba las canciones de los Beatles, y esto es porque mi viejo Julio, que es periodista e historiador de rock, y fanático de la banda, le ponía los auriculares a mi madre", asegura Cintia Guichet, quien a su vocación de maestra jardinera sumó, en los últimos años, una creciente actividad musical y docente, como cantante, instrumentista y compositora, y especialmente orientada al público infantil.
Agrega, como si esto fuera poco, que su nombre se lo debe a un homenaje a la primera mujer de John Lennon, Cynthia Powell, y señala que "siempre me gustó la música, y si bien de chica y adolescente amaba también a los Beatles, Pink Floyd, Charly, Serú Girán y después a Soda Stereo, sumé con el tiempo mi placer por otros géneros, como el folklore y lo latinoamericano".
Nacida y criada en Lomas de Zamora, y habitante actual de Lanús, con un hermano un año y medio menor, Germán, que trabaja en el Instituto Nacional de Música (INAMU), Cintia Guichet (40) denota en su calidez para la charla su debilidad por el trato con los más chicos, y quizás por eso no solo estudió para maestra jardinera sino que además, cuando eligió dedicarse a la música, le interesó orientarse a un repertorio dedicado a los más pequeños, pero con un criterio formativo y lejos de la subestimación. Creadora de la banda Batuké, un quinteto con el que en poco menos de tres años pudieron actuar en todo el país, grabar un disco ("La orquesta de Dora") y tener otro en carpeta, Cintia además es activa participante del Momusi, Movimiento de Música para la Infancia, creadora de talleres de confluencia entre padres y bebés, a través del arte, e integrante fundadora de una biblioteca de literatura para chicos que funciona en Remedios de Escalada.
Pese a que luego de terminar el colegio, Cintia se inclinó por un tiempo a estudiar Bioquímica, al año se dio cuenta que no era lo suyo. "Me metí en el profesorado, pero luego sentí que me faltaba ejercer el trato humano y social, y por eso al tiempo dí un giro y me incliné a estudiar para maestra jardinera". Asegura que "siempre tuve una gran sensibilidad para tratar con los chicos, pero una recién toma conciencia de ese placer y de esa responsabilidad cuando está avanzando en el estudio y cuando llega a la práctica y la relación con ellos, y te das cuenta cuánto te enseñan ellos también".
Cintia recuerda que su primer trabajo fue como preceptora en un jardin de infantes, y a lo largo de sus ya 20 años de actividad como maestra desfiló por tres jardines, siempre en la zona sur, y señala, en respuesta a los cambios que ve en los chicos, que "tal vez percibo que ahora están mas ansiosos y demandantes, yo estoy en sala de 4 y 5 años, y quizás sea la forma de vida más estresante, el estímulo de las nuevas tecnologías, pero no terminan de hacer algo que ya quieren otra cosa, pero son muy sensibles a lo creativo".
Confiesa que "la vocación musical la tuve siempre, de chiquita solía imitar a cantantes de moda en las reuniones familiares, por eso, al ser mas grande comencé a estudiar canto con el maestro Pedro Donnerstag, y si bien era muy vergonzosa, me ayudó mucho su consejo de inscribirme en la Escuela de Música Popular de Avellaneda, y ahi se me abrió un nuevo mundo, donde conocí a excelentes profesores y me relacioné con gente que estaba en la misma búsqueda, y de a poco fui perdiendo el miedo y empecé a participar en muestras artísticas, y por suerte la música me llevó a otros caminos".
La primera experiencia musical de Cintia fue mientras estudiaba en la EMPA, cuando "con tres compañeras formamos el trío Chicharreando, debutamos en una muestra de fotos en el Centro Borges, y hacíamos en percusión y voces repertorio latinoamericano, desde bagualas hasta vidalas, y hasta nos vestíamos con colores vivos de la región que recreábamos".
Al poco tiempo, luego de un par de experiencias con otras agrupaciones, surgió la idea de un grupo en homenaje a un gran músico que falleció muy joven, Sebastián Monk. "Así se creó Batuké,- relata- armamos un repertorio con canciones suyas, pero de a poco, fueron apareciendo temas propios, inspirados por distintas temáticas infantiles, pero basándonos en ritmos muy variados, desde el folklore hasta el candombe y el rock, y que también pudieran disfrutar los grandes".
Autora de las letras del grupo, cantante y percusionista, Cintia destaca que "en las vacaciones de invierno tocamos en muchos espacios en zona sur, participamos en festivales en distintas ciudades y plazas del país, y ya estamos componiendo temas nuevos para un próximo disco". No conforme con esta actividad, Cintia además es la propulsora de una iniciativa de Música de Bebés con las familias, a través del dúo Ayekantun, junto a Cristian Zangi. "Es - explica- música para la primera infancia, que incluye a padres y adultos, allí hacemos talleres y shows de teatro en espacios íntimos".
Desde hace un par de años, Cintia Guichet está a cargo, junto a otras colegas, de la Biblioteca Popular Soñar Volando, que funciona en Remedios de Escalada y que está dedicada básicamente a literatura y material para chicos.
Cuenta Cintia que "esta biblioteca está inspirada en otra de La Plata, llamada Del Otro lado del Arbol, que tiene una historia muy fuerte, ya que es una iniciativa de una mamá que perdió a Pilar, su hijita de 4 años, a quien le encantaba leer libros. Así, la madre puso toda la energía en un proyecto para las infancias".
Emocionada, Cintia relata que "este proyecto era chiquito, y de a poco se agrandó, se replicó la idea en muchos otros lugares, y uno es el de Escalada justamente. Aquí también creció, ya que empezamos tres amigas maestras, y ahora ya somos 20". Comenta que "hay muchos colaboradores, algunas editoriales y familias, y se armó un sistema de socios que pueden llevarse libros". Agrega que "una vez por mes hay eventos en la plaza José Hernández, donde van narradores, grupos de música, y se instala una feria con temas de infancia, y los jueves hay lectura de novelas para chicos de más de 7 años, además de talleres para adultos".
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