Vigilia en el Santuario de San Cayetano a la espera de la festividad

Una vida dedicada a la Iglesia y a los más necesitados

San Cayetano nació el 1 de octubre de 1480 en Vicenza, Italia y la Iglesia Católica estableció el 7 de agosto para conmemorar y honrar al patrono del pan y el trabajo, dado que falleció un día como este miércoles, pero en 1547. Fue beatificado en 1629, por el papa Urbano VIII, y en 1671 fue canonizado por Clemente X.

Cayetano de Thiene, perteneció a una familia de condes y durante su juventud estudió derecho en la Universidad de Padua. Gracias a las influencias de su familia y a su humildad, en 1506, a los 25 años, fue nombrado protonotario apostólico (título entregado al miembro del más alto colegio no episcopal) en la Corte del Papa Julio II.

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Luego de la muerte del Papa, Cayetano percibió en su interior que sus objetivos personales iban de la mano con el camino de la fe. “Siento que día a día mi vida suspira por amar a Dios. Mis años de abogado me enseñaron que el pueblo necesita palpar a Dios a través de las obras de los cristianos, de su acción, de sus enseñanzas, de su entrega. Quisiera hacer siempre la voluntad de Dios: esto deseo, y a esto aspiro. Ahora voy a dar otro rumbo a mi vida. Mi camino es dejar todo sin mirar atrás. Uniré mi propia vida a la Cruz de Cristo. Seré sacerdote”, sostuvo el santo.

A lo largo de su vida propuso una serie de ideas que fueron consideradas renovadoras dentro del catolicismo y que, al pasar de los años, dejaron su marca. La práctica asidua de la oración y de la comunión, así como la adoración del Santísimo Sacramento fueron algunas de ellas.

Cayetano fundó la sociedad Oratorio del Amor Divino y la Orden de Clérigos Regulares Teatinos. Con las mismas, buscó dar un ejemplo de austeridad y plantear una renovación en el clero.

Fue conocido por ayudar a los pobres y a los enfermos de las ciudades que visitaba y por instar a sus pares a renunciar a sus bienes y a vivir de las limosnas.

Además, fundó un refugio para prostitutas arrepentidas y tomó la iniciativa de tramitar el establecimiento de un Banco Popular que conceda crédito sin interés, quebrando así el criminal negocio de prestamistas usureros.

Conocido como el “Padre de la Providencia” y “El santo del pan y el trabajo”, patrono de las personas que buscan empleo y de los gestores administrativos, falleció el 7 de agosto de 1547 a los 66 años, luego de atravesar una grave enfermedad.