Un alemán murió al intentar detonar un explosivo casero junto a una máquina expendedora de preservativos para robar su mercadería.
El improvisado delincuente, que actuaba con dos cómplices, colocó el artefacto y lo accionó antes de colocarse a resguardo.
Así, una de las astillas de aceros que salió volando de la expendedora le causó una herida mortal.
La Policía local informó que el joven de 27 años falleció minutos después de ingresar al hospital y que todo parece indicar que no se llevaron ni el dinero, ni los condones que habían quedado desparramados por el suelo.