Barcelona rindió homenaje este domingo a los 14 fallecidos en los atentados del jueves y viernes en una ceremonia en la Sagrada Familia, mientras las fuerzas de seguridad aún buscan a un fugitivo, que llegó a planear “varios” ataques en la capital catalana.
En el célebre templo concebido por Antoni Gaudí, al que acudieron unas 1.800 personas, se realizó el tributo bajo fuertes medidas de seguridad que incluyeron el despliegue de francotiradores.
Participaron el rey Felipe y la reina Letizia de España, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el del Ejecutivo catalán, Carles Puigdemont.
La misa fue oficiada por el arzobispo de Barcelona, el cardenal Joan Josep Omella y afuera del templo se presentó una multitud.
Según expuso Trapero, los planes iniciales de la célula, compuesta por 12 personas -incluyendo un imán-, se vieron frustrados cuando el miércoles se produjo una explosión accidental en una casa de Alcanar, a 200 km al sur de Barcelona.
“En ese momento se estaban preparando los explosivos para con inminencia hacer uno o varios atentados en la ciudad de Barcelona”, en objetivos que no quiso precisar, indicó Trapero.
En esa casa había almacenadas más de cien bombonas de butano, precisó el funcionario. En ella, la policía catalana ha encontrado ya “ingredientes” de TATP, un explosivo empleado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que reivindicó ambos atentados.
El duodécimo podría haber fallecido también en este accidente, ya que en esa vivienda se encontraron “restos como mínimo de dos personas”, según Trapero.
Por otro lado, ninguno de los 12 integrantes de la célula, de entre 17 y 34 años de edad, tenía antecedentes vinculados con delitos de terrorismo, apuntó el jefe de los Mossos dEsquadra.
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