El gobierno de Brasil anunció ayer la creación de un comité especial bajo el mando de las Fuerzas Armadas y la inyección de recursos federales para lidiar con la crisis migratoria que desató la llegada masiva de venezolanos al estado de Roraima (norte).
Reunido con una comitiva de ministros en Boa Vista, capital de Roraima, el presidente Michel Temer afirmó que destinará los recursos “que sean necesarios” para auxiliar a los municipios brasileños que se han visto desbordados por el gran flujo de inmigrantes venezolanos que ingresan a diario por la frontera terrestre.
“Salen porque no hay condiciones de vida en el estado venezolano y vienen aquí en situación de miseria absoluta, de los más variados sectores”, aseguró Temer rodeado de los titulares de las áreas de Defensa, Justicia, Inteligencia y autoridades locales, en pleno feriado de carnaval.
El mandatario no detalló con cuánto dinero auxiliará al gobierno local, pero prevé firmar una medida urgente para ejecutar esa ayuda esta misma semana. El ministro de Defensa, Raúl Jungmann, afirmó que duplicará el número de efectivos militares en la frontera con Venezuela, y que planean instalar un hospital de campaña y diversos centros de selección para acoger y orientar a los inmigrantes. Todas las acciones humanitarias estarán a partir de ahora bajo comando de las Fuerzas Armadas, añadió Jungmann. La idea es no sólo atender a los extranjeros que precisan ayuda, sino también preservar los empleos y el bienestar de la población local, afirmó Temer durante el encuentro. Uno de los planes del gobierno es trasladar a una parte de los inmigrantes hacia otros estados, para descongestionar los servicios en Roraima y que los venezolanos puedan acceder a mejores condiciones de vivienda, salud y trabajo en otras partes de Brasil.
El sociólogo Tomás Páez, uno de los estudiosos de la diáspora, estima que para mediados de este año cerca del 15% de los 31,5 millones de habitantes de Venezuela se habrá marchado.
“Ocurre lo que pasa en toda sociedad cuando se produce un deterioro enorme, cuando la vida misma está en riesgo, cuando no alcanzan los recursos para absolutamente nada y lo poco que hay tampoco sirve porque no hay nada que comprar, la gente opta por mejor la calidad de vida de los suyos”, afirmó. En ese sentido destacó que su preocupación radica en que esta migración está dirigiendo hacia Latinoamérica y eso está generando “una presión muy grande y se está convirtiendo en un gran problema’Colombia ya desplazó a Estados Unidos como primer país de destino pero sigue creciendo hacia Perú, Chile y Brasil”, afirmó.