EL CAIRO (EFE).- Miles de musulmanes llegados de todo Egipto cierran en El Cairo una semana de celebraciones por el nacimiento de Sayida Zeinab, la nieta del profeta Mahoma, con luces, cánticos y bailes alejados del tradicional rigor suní.
En El Cairo islámico, una muchedumbre de mujeres, hombres y niños permanece durante todo el día en las proximidades de la mezquita de Sayida Zeinab, donde la tradición popular sostiene que reposan los restos de la nieta del profeta Mahoma, fundador del islam. Conocido como “muled” (nacimiento), el de Sayida Zeinab es uno de los actos más multitudinarios que se celebran en Egipto, que también rinde homenaje a otros “santos patrones” en una tradición de origen chií en un país mayoritariamente suní.
Establecidos en el siglo XII por la dinastía fatimí, que gobernaba el país, los “maualed” son romerías que desafían la ortodoxia religiosa y llenan las calles de algarabía, sonido y luz hasta bien entrada la madrugada.
El momento más esperado es la última noche, una cita ineludible para decenas de miles de fieles que el pasado año fue cancelada por las autoridades locales por temor a una posible propagación de la gripe AH1N1. Ya sin miedo al contagio, Mohamed Abdelgani acaba de llegar a El Cairo desde la localidad de Al Minya, 250 kilómetros al sur de la capital, para participar en los festejos junto a toda su familia.
“La principal petición a Sayida Zainab es que ayude a todo Egipto”, explicó este hombre vestido con una galabiya (túnica) de color gris y un turbante, y rodeado por sus hijos. Como él, otras miles de personas procedentes especialmente de ciudades del sur de Egipto han recorrido cientos de kilómetros durante los últimos días para asistir al “muled” y se han establecido en las cercanías de la mezquita, donde rezan, duermen y celebran animadas y largas conversaciones.
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