"Las recientes noticias sobre la guerra en Ucrania, más que traer alivio y esperanza muestran en cambio nuevas atrocidades, como la masacre de Bucha. Estas nuevas atrocidades no dejan de sembrar sangre y destrucción", expresó el Sumo Pontífice desde el Aula Pablo VI del Vaticano.
El Papa recibió luego una insignia ucraniana y dio un mensaje al respecto, con la visita de niños ucranianos que escaparon de la guerra.
"Esta bandera viene de la guerra, de esa ciudad martirizada, Bucha. También están aquí algunos chicos de Ucrania que nos acompañan. Saludémoslos y recemos junto a ellos. Estos niños debieron escapar y llegar a una tierra extraña", señaló.
En cuanto a las personas que sufren las consecuencias del enfrentamiento bélico, Francisco comentó: "Son víctimas, y su sangre inocente grita hasta el cielo e implora que se ponga fin a esta guerra, que se hagan callar las armas, que se deje de sembrar sangre y destrucción".
"Hoy se habla a menudo de geopolítica, pero lamentablemente la lógica dominante es la de las estrategias de los Estados más poderosos para afirmar los propios intereses extendiendo el área de influencia económica, ideológica y militar. Malta representa, en ese cuadro, el derecho y la fuerza de los pequeños, de las Naciones pequeñas, pero ricas de historia y de civilización, que deberían llevar adelante otra lógica: la del respeto y de la libertad", expresó el Sumo Pontífice recordando el viaje que hizo el último fin de semana hacia el archipiélago.
Francisco le agradeció además a los fieles polacos por la solidaridad que tienen con sus hermanos ucranianos.
"Abrieron los corazones y las puertas de sus casas. Gracias por lo que han hecho con Ucrania", resaltó el Papa, quien días atrás no descartó un viaje a Ucrania para reencontrarse con un país que tanto está sufriendo.
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