El Ministerio de Defensa de Rusia dio a conocer grabaciones de diversos testimonios de soldados rusos liberados que afirmaron se torturados por las fuerzas militares de Ucrania.
Según el informe, los uniformados involucrados contaron detalles de su experiencia y aseguraron haber sido víctimas de torturas durante su cautiverio. Fueron golpeados, atados de manos, amordazados y permanecieron en condiciones inhumanas.
Sus captores habrían acabado con la vida de algunos de sus compañeros y amenazaron con herirlos en las piernas o incluso matarlos a todos, cuenta uno de ellos.
Rusia destacó que esos hechos representan una violación de la Convención de Ginebra respecto al trato debido a los prisioneros de guerra, que estipula que estos "deberán ser protegidos en todo momento, especialmente contra todo acto de violencia o de intimidación, contra los insultos y la curiosidad pública", y establece que "están prohibidas las medidas de represalia contra ellos".
"Naturalmente, nos ataron de pies y manos y empezaron a golpearnos. Yo tenía una pequeña barba, así que comenzaron a decir 'es de Kadyrov, de Kadyrov', es decir, checheno. Entendí que tenían un encono especial hacia los chechenos del regimiento de Kadyrov. Empezaron a darme patadas en la cara, en la cabeza. Luego, cuando me dieron una patada en la cara, me desmayé y en ese momento no recuerdo nada más", declaró uno de los exprisioneros.
De acuerdo con sus palabras, él y sus compañeros capturados recibieron diferentes tipos de amenazas por parte de los militares ucranianos, entre ellas, acabar siendo colgados o castrados. Según el testigo, algunas intimidaciones eran "muy terroríficas" y, por ética, no las pudo revelar ante la cámara.
"Recuerdo que cuando estábamos tirados en el suelo, atados, entre otros soldados había un herido. No sé si lo torturaban o qué, no lo veía, recuerdo cómo gritaba", explicó el hombre, agregando que los agresores solían grabar sus actos de violencia.
Otro militar ruso que decidió revelar su desgarradora historia, recordó cómo fue capturado. "Nos vieron, a seis de nosotros. A mi compañero le preguntaron dónde estaba el último, dónde el sexto. Lo señaló, y este camarada se arrodilló, con las manos detrás de la cabeza, rindiéndose. Y el hombre se giró y le disparó con una metralleta", relató.
Por su parte, otro de los soldados que lograron recuperar su libertad denunció que los militares ucranianos buscaban infligir mutilaciones a sus víctimas, o directamente acabar con sus vidas.
El hombre recalcó que las torturas más feroces recaían sobre los pilotos, y sus captores solían decirles que si alguna vez conseguían regresar a Rusia, solo sería en condiciones de invalidez
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