Unas 6.000 personas han entrado de manera irregular a Ceuta este lunes. El presidente de España está en camino para intentar contener la crisis migratoria.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, advirtió este martes que garantizará la integridad territorial de España "con todos los medios necesarios", tras la oleada masiva de inmigrantes marroquíes que llegaron al país en las últimas horas por vía marítima.

En una breve comparecencia, Sánchez evaluó los sucedido en la ciudad española de Ceuta, en el norte de África, adonde desde ayer llegaron cerca de 6.000 inmigrantes de Marruecos. A lo que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha explicado en rueda de prensa que España ha devuelto a 2.700.

El ministro de Interior manifestó también que, de la cifra total, 1.500 serían menores de edad, a lo que ha asegurado que no ha sido devuelto ni un solo menor. Así respondía sobre la oleada de inmigrantes sin precedentes registrada e ayer en la Ciudad Autónoma de Ceuta, en plena escalada de tensión diplomática entre España y Marruecos.

La Delegación del Gobierno español en la Ciudad Autónoma informó a través de su Twitter que efectivos del Ejército, junto a las Policías de ámbito nacional y local, están patrullando las calles y controlando los puntos más sensibles.

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Entre estos puntos está el paso de El Tarajal, donde ayer se produjo la entrada masiva de inmigrantes ante la pasividad de las autoridades de Marruecos, denunciada por los políticos locales. En este punto, controlado ahora por militares españoles, se encontraban agolpados hoy cientos de marroquíes esperando entrar.

La mayoría atraviesa la frontera con lo puesto, y son abundantes los jóvenes que se desplazan en chancletas o incluso descalzos, además de niños en bañador porque eligieron pasar la frontera a nado, bordeando el espigón.

Familias enteras, madres con bebés, personas ancianas pero principalmente jóvenes y menores de edad, unos se hicieron a la mar y otros escalaron la colina de Belyunesh que se asoma sobre Ceuta, mientras que los más se colaron por debajo de los huecos que hicieron en la valla metálica que sirve de frontera entre Marruecos y la "tierra de nadie".

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Un grupo de migrantes descansa después de nadar hacia la costa del enclave español de Ceuta, este martes.

Un grupo de migrantes descansa después de nadar hacia la costa del enclave español de Ceuta, este martes.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, suspendió un viaje oficial a París previsto para hoy y se trasladará a Ceuta y a Melilla para atender la crisis, a lo que el ministro Grande-Marlaska anunció que también irá.

"Hoy mismo viajaré a Ceuta y a Melilla para mostrar la determinación con la que estamos actuando desde el primer minuto de esta crisis desde el Gobierno de España", anunció Sánchez durante una comparecencia televisada desde el Palacio de la Moncloa.

Cómo comenzó la crisis

Ceuta y Melilla son dos enclaves españoles en territorio africano, en el norte del continente, que comunica a España con Marruecos. Las llegadas de migrantes al enclave se producen en un contexto de tensión entre Madrid y Rabat por la presencia en España del líder del movimiento independentista del Sáhara Occidental, Brahim Ghali.

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Ceuta y Melilla (enmarcados en los círculos rojos) son dos enclaves españoles en el territorio de Marruecos, África.

Ceuta y Melilla (enmarcados en los círculos rojos) son dos enclaves españoles en el territorio de Marruecos, África.

El Gobierno marroquí reaccionó indignado a la noticia de que el jefe del Frente Polisario, Ghali, se encuentra ingresado desde mitad de abril en un hospital español para ser atendido por padecer coronavirus.

El Frente Polisario, apoyado por Argelia, lleva décadas luchando por la independencia del Sahara Occidental, una excolonia española controlada en su mayor parte por Marruecos, que propone a lo sumo una autonomía bajo su soberanía.

Si bien los ministros españoles de Relaciones Exteriores e Interior no quisieron ligar la entrada masiva de inmigrantes con la acogida de Ghali en un hospital español, Rabat manifestó el pasado 25 de abril su malestar con esta decisión de Madrid, calificándola de "contraria al espíritu de asociación y buena vecindad".

España llamó a evitar discursos de odio

En España, en tanto, el debate empezó a tomar un tono beligerante por lo que el Gobierno llamó a evitar los discursos de odio. "Igual de beligerante que vamos a ser en la defensa de nuestras fronteras lo vamos a ser en la repulsa de los discursos de odio", advirtió Grande-Marlaska.

Este llamamiento del Gobierno de España hace referencia de forma velada a las declaraciones del líder del partido ultraderechista Vox, Santiago Abascal, que calificó a los migrantes de Marruecos como asaltantes.

Fuente: EFE, Télam.

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