Una veintena de heridos, 50 detenidos y destrozos dejó como saldo una batalla campal entre policías y fanáticos roqueros durante un concierto de la banda estadounidense Metallica en Asunción, informó ayer la policía local.
El show, de unas dos horas de duración la noche del lunes en la sede del Jockey Club, mantuvo en vilo tanto a unos 35.000 seguidores del grupo californiano como a la policía para mantener a raya a unos 2.000 jóvenes que quisieron forzar su ingreso con avalanchas y sin pagar, según los informes.
Al menos 15 de los heridos recibieron atención en el hospital estatal Emergencias Médicas, al igual que un policía y tres guardias privados contratados por la organización. La policía antimotines enfrentó a los exaltados y los feroces choques dejaron sembrada la avenida de acceso con botellas de cerveza quebradas, cascotes, objetos diversos y portones derribados, según testigos.
Los enfrentamientos recrudecieron a la media hora del inicio del concierto, cuando los fanáticos que no pudieron ingresar pretendieron hacerlo movidos por los gritos y el delirio de los miles de espectadores que disfrutaban del recital.
"Todo transcurrió con normalidad hasta que estos jóvenes parecieron transformarse. Quisieron forzar y pasarnos encima. Tiraron piedras, botellas, cajas de madera y todo lo que encontraban a su paso", relató el jefe de la Policía Metropolitana, Juan Benítez.
La batalla terminó cuando la policía antimotines disparó balas de goma para dispersar a los revoltosos.
La banda de trash metal realiza una gira por Sudamérica llamada Metallica by Request y está compuesta por Lars Ulrich, James Hetfield, Kirk Hammet y Robert Trujillo. Ajena a los incidentes, la agrupación inyectó energía al recital, con potencia de sonido y dominio del escenario.