Trabajadores de funerarias realizaban al cierre de esta edición en las Bahamas la sombría tarea de buscar cadáveres entre los escombros tras el pasaje del huracán Dorian, que devastó el norte de este archipiélago en el Atlántico.
Al menos 30 muertos fueron reportados en las Bahamas pero habría cientos, quizás miles, de desaparecidos. En Marsh Harbour se veía a trabajadores de la morgue con trajes blancos, guantes azules y máscaras cargando en camiones cadáveres metidos en bolsas verdes.
El ministro de Salud de las Bahamas, Duane Sands, dijo que estaba enviando más personal para labores funerarias y refrigeradores para almacenar cuerpos a las islas afectadas.
Sobre la cantidad de víctimas mortales, declaró: "Permítanme decir que creo que el número será impactante".
"Literalmente, cientos, hasta miles de personas siguen desaparecidas", señaló a CNN Joy Jibrilu, directora general del ministerio de turismo de las Bahamas.
Dorian era un huracán de categoría 5, la máxima posible en la escala Saffir-Simpson que mide la velocidad del viento, cuando tocó tierra el domingo pasado en las Bahamas, donde viven unas 390.000 personas, dejando una estela inmensa de destrucción. Miles quedaron sin hogar en las islas más afectadas, Gran Bahama y Abaco, y la magnitud de la devastación ha dejado a muchos preguntándose si Abaco, en particular, podrá reconstruirse.
Los destrozos que dejó el huracán Dorian tras su paso por Bahamas
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"La isla de Abaco es como un pueblo fantasma", dijo Mark Duvinie, un residente de Marsh Harbour, la ciudad más grande de la isla, donde vivían 15.000 personas. "Sin electricidad, sin agua, sin nada".
"Sinceramente, creo que Abaco está acabada", dijo Thaah Hepburn, otro residente de Marsh Harbour.
"Absolutamente todo está destruido". "No creo que nadie vaya a invertir aquí", opinó.
Haida Guillaume, otra residente, fue un poco más optimista. "Nada es imposible, pero la recuperación tomará mucho tiempo", dijo. Los esfuerzos de socorro se intensificaron ayer, pero se vieron obstaculizados por daños en las pistas del aeropuerto y la caída de las comunicaciones.
Algunos residentes de Abaco expresaron su frustración por las largas esperas por comida y refugio y la evacuación a otras islas. "Estamos atrapados por ahora", dijo David Bienami de Marsh Harbour. "Tenemos planes de mudarnos pero no sabemos cuándo".
"Sin agua, sin comida", comentó por su lado James Whell. "Mi plan es irme, encontrar otro lugar para vivir".
Según funcionarios de socorro de la ONU, más de 70.000 personas (prácticamente toda la población de Gran Bahama y Abaco), necesitan asistencia después de que la tormenta redujo a escombros sus hogares y destruyó sus medios de subsistencia.
Mientras tanto, Dorian se debilitó a categoría 1 en la madrugada de ayer al acercarse a la costa de Carolina del Norte, en Estados Unidos.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami, dijo que la tormenta tocó tierra en el cabo Hatteras en los Outer Banks de Carolina del Norte, unas islas de barrera frente a la costa que tienen forma de dedo.