El aislamiento social no solo arruinó los bolsillos. También afectó severamente la vida sexual. Miedo al contagio y sexo oral. "Innovaciones" que se convirtieron en rutina y traumas. La convivencia y la pérdida del deseo. El reencuentro con ex parejas. Solteros: los más perjudicados. ¿Cómo afectará la pandemia el futuro de la sexualidad?

"Ante todo, la cuarentena puso de manifiesto la angustia no asumida frente a las propias dificultades sexuales, que emergieron en el encierro y la falta de actividad", explica la psicologa y sexologa Sandra Lustgarten, quien, basandose en las consultas recibidas en Buenos Aires, explicó que "el miedo al contagio generado por el coronavirus perjudicó hasta las parejas que tenían un buena frecuencia y calidad en sus relaciones íntimas".

Según la especialista, "la falta de deseo fue una consulta recurrente de las parejas estables que, por la cuarentena, tuvieron que estar 24 horas, todos los días, permanentemente juntos, con el agravante de la presencia de los hijos y sin posibilidades de tener intimidad". "Esas parejas -agregó- se quejaron de la rutina, nombre con el que definieron la pérdida de la pasión hasta en los matrimonios con un buen índice de frecuencia sexual".

Además de la falta de deseo, "también aumentaron las consultas por la sensación de angustia generada por el peligro del contagio (de la COVID-19) y la eventual muerte del cónyuge", explicó Sandra Lutsgarten. "Pero con el correr de los meses, ese miedo fue menor debido a que la gente fue acrecentando su negación y pensando que era mentira (la pandemia) y del miedo a la muerte de la pareja se pasó al temor a la ruptura".

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Sexo oral para "evitar" el contagio

"La falta de información -explicó- hizo que algunas personas creyeran erróneamente que algunas posiciones sexuales no contagian el coronavirus" . "Durante las primeras semanas del aislamiento- agregó- en las consultas se presentaba como una solución al contagio que las parejas estables reemplazaran las posturas tradicionales o sus costumbres sexuales como el beso o el sexo vaginal (como vectores del contagio), por el sexo oral como un modo de resolver la angustia y el temor sin perder el contacto físico", concluyó.

Con el correr del tiempo, "se incrementó la frecuencia sexual y las preguntas cotidianas conitnuaban rondando el temor a las formas de contagio de una enfermedad totalmente desconocida (COVID-19) pero que no evitaba la sed sexual", explicó la especialista. "Al principio nada estaba en claro -detalló- , las preguntas iban desde si el contagio podía producirse a través del semen, del sexo oral, de la mucosa", pero a medida que pasaba el tiempo, "con el deseo satisfecho por la continuidad de las relaciones y la superación del miedo al contagio, apareció el síndrome de la inapetencia sexual", concluyó Lutsgarten.

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Deterioro económico, miedo y falta de deseo

El aislamiento social provocó la decadencia económica de millones de profesionales, trabajadores independientes, pequeños y medianos empresarios y hasta asalariados que vieron reducidos o perdieron sus ingresos, con la consecuente impacto en el ánimo de las personas que, según la licenciada Lutsgarten manifestaron "desde el estrés fruto del encierro o del aislamiento, hasta un aumento alarmante de consultas por insatisfacción femenina o pérdida de erección".

"Al comienzo de la cuarentena -explicó- se produjo una reacción dual: por un lado la pérdida del deseo, por no tener libertades, ni privacidad, ni tiempo para imaginar o jugar y sobre todo que no existiese tiempo o momentos de soledad para extrañarse y que aparezca el deseo y por otra parte, se dió un exceso de contacto sexual de las primeras fases de encierro".

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La dificultad de estar siempre juntos

"La preocupación provocó que se intensifiquen las consultas -continuó-; estados de ansiedad, angustia, con consecuencias en la performance sexual, sobre todo con dificultad para sentir deseo, imposibilidad y rechazo en las relaciones, además de intensificación en problemas sexuales: anorgasmia en féminas y eyaculación precoz e impotencia en varones". "Este fenómeno atacó sobre todo a las mujeres que estaban en pareja, y a hombres en una edad promedio de 20 a 30 años", añadió.

"La consulta predominante -remarcó- era que no se podían acostumbrar a estar juntos: Aparecían discusiones por cosas triviales o situaciones de pase de facturas, agotamiento, estrés, exceso de trabajo y falta de colaboración, situación que provocó el incremento de roces y discusiones". Y a eso se sumó el acomodamiento a una nueva situación económica y laboral, que aún continúa, lo cual provocó falta de tiempo para la intimidad de la pareja y para la comunicación acerca de las inconformidades sexuales. Con lo cual la sexualidad, quedaba subordinada o desplazada, perdiendo la atracción de los encuentros íntimos" , finalizó.

Parejas a distancia: Del sexo virtual a los encuentros clandestinos

"Como era de suponer -detalló Sandra Lustgarten- en las parejas a distancia se evidenció, al principio de la cuarentena, un incremento del sexo virtual, que a modo lúdico mejoró las relaciones, y permitió atravesar la primera etapa del encierro". "Pero con el transcurso de los días y el encierro -añadió- la masturbación o autosatisfacción se tornó monótona y sin efectos productivos y comenzaron los problemas sexuales, la apatía o desilusión y el fantasma de final de sexo". "Sucedió que el sexo virtual fue hasta recomendado por el Gobierno y de ese modo perdió la connotación de transgresión y prohibido, con lo cual tendió a ser menos atractivo". ¿Usted quiere decir que el Gobierno le sacó las ganas de...amar a la gente? -preguntó el cronista- "Noooo...Fue un consejo sanitario adecuado, pero absolutamente contrario al erotismo", contesta entre risas la sexologa que, además de atender consultas de la Argentina y ser perito de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, atiende pacientes europeos y hasta de la India (cuna del Kamasutra, libro milenario hindú sobre la conducta sexual humana).

Para sintetizar, la especialista concluyó: "El Sexo virtual fue en un principio una buena opción, hasta que se tornó aburrido, y limitado, los pacientes empezaron a presentar ansiedad con trastornos en el sueño incrementadas por la falta de actividad física que degeneraba en cansancio, fatiga, intolerancia. Esta situación -agregó- trajo como consecuencias los encuentros clandestinos y la violación a la norma, la cuarentena forzada era historia y empezaron los encuentros semanales, lo que generaba más erotismo debido a la connotación que empezaron a sentir al transgredir las normas".

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Solteros aislados: selfies y reencuentro con ex parejas

"Los solteros aislados fueron los más perjudicados en el terreno del sexo por la cuarentena", explicó la psicologa. "Por ello -añadió- del sexo virtual soft, pasaron a intercambiar selfies, desnudos sin importar las consecuencias y a participar en chats de sitios para encontrar pareja, con el fin de apaciguar las consecuencias de la inminente soledad y aislamiento social".

Otra forma de mitigar la soledad, fue el reencuentro de parejas del pasado. "Esta es la novedad (en la pandemia)", explica Lutzfgarten. "Muchos, ante la dificultad de salir a buscar lo que no conocían y empezar una relación en una época tan difícil -detalló-, volvieron a historias del pasado para encuentros sexuales que les dieran cierta tranquilidad y les quitaran la exigencia de la seducción o la conquista, por lo menos hasta que pase la cuarentena", contó. "Pero otra cosa que facilitó esta situación -concluyó- es la escasez de lugares para poder salir, el punto de encuentro entonces puede ser la casa de uno".

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Aumento del uso de juguetes sexuales

Durante el aislamiento social, otro fenómeno que pudo observarse fue el notable crecimiento de la venta de juguetes sexuales: durante el periodo marzo-julio del presente año se duplicaron las ventas en comparación con el mismo lapso del año pasado, cuando no había cuarentena.según informaron fuentes del sector. Además, los artículos eróticos más vendidos fueron los teledildonicos conectados a programas de realidad virtual y los juguetes sexuales inteligentes, que se pueden controlar a través de Bluetooth utilizando la aplicación móvil.

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El futuro: fidelidad, encuentros virtuales y juguetes

A pesar de su experiencia nacional e internacional como sexologa, Sandra Lustgarten, afirma que "aún no conocemos la envergadura de esta situación tremenda, el tiempo el cual se va a extender y cuáles van a ser las consecuencias en la vida sexual de las personas". "Además, todavìa los expertos en infectología están investigando los riesgos y todos los peligros respecto al contagio del coronavirus", subrayó.

De las consultas recibidas y el intercambio de información con sus colegas, la sexologa pudo establecer que, al comienzo de la pandemia, y frente a la incertidumbre y la falta de información, "un número significativo de jóvenes pensaron que la solución o la salvación (ante la COVID-19) era el contagio". "Está claro -subraya- que esa no es la solución y que deben seguirse los consejos de los profesionales médicos para evitar la expansión del virus".

Como sexologa y habitual participante y columnista de programas de TV y radio de la Argentina y otros países, la especialista remarcó que "todos hablan de los síntomas (de la COVID-19) pero nadie habla de los cuidados para el sexo. Hay mucho desconocimiento. Sabemos cuáles son algunos puntos de contagio y nada más", subrayó .

Frente a este cuadro de incertidumbre y miedo, Lustgarten proyectó que esa situación "bajará la tasa de infidelidad y promiscuidad,y para los más fóbicos los encuentros virtuales serán, por el momento, la alternativa, así como también el uso de juguetes sexuales" que tuvieron récords de ventas durante la cuarentena.

En este sentido, Lustgarten advirtió sobre los peligros del sexo virtual: "El riesgo es que se torne compatible con la comodidad. Que las parejas elijan este método para preservarse del contagio, y que la falta de contacto, de la mirada, la voz, el olor y todo aquello que estimula la sensibilidad y el erotismo y que intentamos ganar en el tiempo, y que juega un rol tan importante a la hora del encuentro sexual ,se anule, robotizándonos, deshumanizándonos".

Por último, la especialista advirtió "que vaya pasando el tiempo, podremos ir comprobando la relación con el trauma que produjo la pandemia (hasta con efecto de una guerra)". "Sin duda -agregó- empieza a notarse hoy cada vez más, ya sea en cuanto a los riesgos en el ámbito sexual, que muchos corren hoy y es motivo de consulta, y de estados de pánico, que se evidencian, por ejemplo, en pesonas que tienen sexo sin protección con desconocidos, o con las parejas que son de alto riesgo, o sexo con la ingesta de drogas o alcohol".

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